Innovación tecnológica y estrategia industrial: así afianza Veolia su apuesta por la economía circular
La multinacional aplica su experiencia a nivel internacional para ofrecer soluciones innovadoras en descarbonización, economía circular y gestión optimizada de los recursos
Planta de reciclaje TorrePET en Torremejía, Badajoz. Foto: Veolia.
Ante un escenario marcado por la lucha contra la emergencia climática y la sobreexplotación de recursos, la transición hacia una economía circular se ha convertido en uno de los principales desafíos para Europa. En el camino hacia esta transformación, el reciclaje de materiales adquiere un papel fundamental en los sistemas productivos, para sustituir a las materias primas y recortar el impacto ambiental de productos y envases.
Veolia conmemora el Día Mundial del Reciclaje, que se celebra el 17 de mayo, afianzando su apuesta por la circularidad de los materiales y su integración en una estrategia global de descarbonización. Al transformar los residuos plásticos en materias primas secundarias, contribuye a recortar las emisiones de CO₂ que genera su red clientelar.
Descarbonización y economía circular
Con el objetivo de avanzar hacia una transformación ecológica estructural, capaz de responder a los grandes retos de sostenibilidad, competitividad y regulación que marcarán el rumbo del tejido productivo europeo en los próximos años, la compañía acompaña a las empresas industriales con soluciones adaptadas a sus necesidades.
Bajo el propósito de crear cadenas de valor circulares, combina tecnología puntera, conocimiento operativo y una amplia red de infraestructuras para transformar residuos plásticos en nuevas materias primas de alta calidad. De esta manera, contribuye al ahorro de recursos, la reducción de emisiones y la competitividad sostenible de empresas e industrias.
Instalaciones al servicio de la nueva industria del reciclaje
La innovación y la eficiencia se encuentran en el centro de la estrategia impulsada por Veolia, que ha convertido sus plantas de reciclaje de plásticos en Andalucía y Extremadura en referentes industriales de economía circular.
La Red, su planta emplazada en Sevilla, gestiona más de 120.000 toneladas anuales de plásticos posconsumo, industriales y agrícolas. Especializada en polietileno de alta y baja densidad (PEAD y PEBD), genera granza reciclada que se utiliza para fabricar nuevos productos como film plástico, bolsas de la compra, tapones, tuberías o sistemas de riego.
La instalación no solo ha mejorado en un 50% su capacidad de clasificación de film posconsumo, sino que también ha reforzado su sistema de homogeneización con nuevos silos para asegurar una calidad constante del material reciclado. También ofrece al sector retail la opción de cerrar el ciclo de sus residuos plásticos y reintegrarlos en sus procesos de fabricación.
Por su parte, TorrePET está especializada en el reciclaje de PET, el plástico utilizado habitualmente en botellas de bebidas, envases de productos de limpieza y fibras textiles. La planta situada en la localidad pacense de Torremejía ha sido la primera del país en obtener la certificación ‘Fin de Condición de Residuo’ para el PET reciclado alimentario, lo que le permite suministrar material apto para el contacto con alimentos.
La firma también impulsa proyectos de I+D orientados a la valorización de rechazos del proceso de reciclaje y a la búsqueda de aplicaciones para plásticos que actualmente no pueden ser reciclados mecánicamente.
Polímeros circulares listos para usar
La compañía señala la importancia de avanzar hacia la neutralidad climática e innovar en la gestión de materiales en un momento en el que las exigencias regulatorias para reducir el uso de plásticos vírgenes cada vez son más duras.
En este contexto, la plataforma de polímeros circulares de Veolia, Plastiloop, se encarga de ofrecer a los clientes polímeros reciclados de alta calidad listos para su uso industrial y facilita la sustitución de materiales vírgenes.
A través de la solución, las industrias pueden avanzar de forma rápida y trazable hacia modelos de producción sostenible, sin comprometer la calidad o la eficiencia, pero también garantizar el cumplimiento normativo, recortar la huella de carbono y el consumo de recursos naturales.
Valorización energética: aprovechar lo no reciclable
En el caso de las fracciones de residuos plásticos que no pueden ser recicladas por vía mecánica, aplica soluciones de valorización energética, que consisten en recuperar el poder calorífico de estos materiales y transformarlo en energía útil.
Más allá de contribuir a la autonomía energética del sistema y reducir la dependencia de combustibles fósiles, evita que los residuos acaben en vertederos y contribuye a cumplir con el objetivo europeo de reducir a un 10% el volumen de residuos municipales que terminan enterrados para el año 2035.