La compra clave de Cellnex: entrará en tres países y superará las 100.000 torres

La cotizada española ha reconocido que está en conversaciones avanzadas para llevar a cabo la mayor compra de su historia

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Pese a que 2020 está siendo un año convulso por el coronavirus, la hoja de ruta de Cellnex no se desvía un solo centímetro. La compañía cotizada ha leído a la perfección la necesidad de las empresas de telecomunicaciones, que quieren reducir sus costes y sacar rendimiento a sus activos. Su posicionamiento en el tablero no solo le ha llevado a no levantar el pie del acelerador en su estrategia de compra de activos, sino a ejecutar la operación más grande de su historia en plena pandemia. 

Se trata de la toma de una participación en la división que el operador hongkonés Hutchison tiene en Europa. La operación obligará a la compañía a casi agotar la caja pese a haber cerrado con éxito su última ampliación de capital de 4.000 millones de euros para seguir expandiéndose por Europa. Pero las ventajas son muchas más, porque la compañía ampliará su perímetro notablemente y superará la barrera de los 100.000 emplazamientos en el Viejo Continente, consolidándose como referente entre las compañías de infraestructuras de telecomunicaciones. 

La operación reforzará a la compañía de telecomunciaciones en varios aspectos, porque aterriza en tres nuevos países (Suecia, Dinamarca y Austria) y al mismo tiempo se refuerza en otros tres (Reino Unido, Italia e Irlanda) en los que ya está presente y tiene cerca de 24.000 emplazamientos. 

El movimiento ya fue aplaudido por algunas casas de análisis antes de que se hiciera oficial. El banco de inversión Barclays vio con buenos ojos la operación con Hutchison; desde Renta 4 señalaron a la compañía como «una inversión atractiva de cara al largo plazo» y situaron su precio objetivo aproximadamente un 17% por encima de lo que actualmente marca el mercado.

Parece que el resto de inversores también agradece el refuerzo de la compañía controlada por los Benetton a través del holding familiar Edizone. La cotización de Cellnex, estrella consagrada ya del IBEX en este 2020 (sube más de un 40% en lo que va de año), se disparó ayer, miércoles, más de un 5% tras conocer los planes con Hutchison, además de reportar unos nuevos resultados marcados por el crecimiento.

Lo mismo sucede con Hutchison, que vio como sus títulos subieron hasta un 5,7% el pasado 23 de octubre, el día que la agencia estadounidense Bloomberg adelantaba la noticia.

Una operación de 10.000 millones de euros

La compra de los emplazamientos de Hutchison se cuenta por cinco cifras. La operación supondrá gestionar 29.000 torres, previo pago de cerca de 10.000 millones de euros (10.700 millones de dólares al cambio), y llegar a estar presente en nueve países.

Con todo, todavía quedan algunos términos por acordar que no fueron esclarecidos ante los respectivos reguladores del mercado. Uno es el precio y otro la participación que adquirirá la torrera española, quien siempre tiene la ambición de que sea mayoritaria. 

Sea como fuere, será la compra más significativa que ha llevado a cabo Cellnex desde salió a bolsa en 2015, tras su entrada en Portugal, Polonia y Reino Unido en los tres últimos años. 

En el país vecino aterrizó a principios de año, el 2 de enero. La operación conllevó una inversión inicial de 300 millones y se tradujo en la adquisición de 3.000 torres adicionales, con las que sumar 58.000 en toda Europa. La compañía adquirida fue Omtel, participada hasta el momento por Belmont Infra (Morgan Stanley) al 75% y por Altice Europe en el 25% restante.

Compras de Cellnex: Arquiva (Reino Unido), Omtel (Portugal) y Play (Polonia)

A Reino Unido, Cellnex llegó un poco antes, en octubre de 2019. La torrera española adquirió la división de telecomunicaciones de la inglesa Arquiva. Para ello tuvo que desembolsar 2.000 millones de libras (2.239 millones de euros) y sufragar la operación una ampliación de capital por valor 2.500 millones de euros.

La útlima entrada fue en Polonia. La compañía objeto de deseo en esta ocasión fue Play, un operador local que está siendo objeto de una operación pública de adquisición (opa) por parte de Iliad, empresa que ya es socia de Cellnex en Francia. Los números de la operación: 800 millones de euros por 7.000 torres en el país, que podrían llegar a ser 12.000 en los próximos años.

Hutchison, interesado en la operación

Aunque el foco mediático está sobre la compañía española, la operación es una operación de conveniencia por ambas partes. A los intereses por comprar de Cellnex se unen los de Hutchison por vender, ya que está necesitada por la elevada factura que el 5G está generando por el despliegue de redes y por la caída de ingresos en la primera mitad del año por el golpe de la pandemia del coronavirus.

El grupo de telecomunicaciones fundado por el multimillonario Li Ka-shing, uno de los empresarios más influyentes de Asia y una de las fortunas más importantes, según Forbes, lleva tiempo trabajando en la idea de segregar sus torres europeas en una filial propia. El magnate hongkonés, conocido por su papel filántropo  — es propietario de la segunda fundación privada más grande del mundo, solo por detrás de la Fundación Bill y Melinda Gates —, quiere además vender una participación minoritaria del negocio. El plan empezó a tomar forma a final del pasado año y la previsión era encontrar un socio antes de la primera mitad de este 2020.

El fundador de Hutchinson

La fórmula de búsqueda de socios muy socorrida en el último año por diferentes empresas de telecomunicaciones. Telefónica ha creado Telxius y se ha unido al gran fondo estadounidense Kohlberg Kravis Roberts & Co, conocido por sus siglas KKR, y a Pontegadea, de Amancio Ortega; Orange ha buscado como socio a la propia Cellnex en España y Vodafone también ha creado su propia filial de torres llamada Tower Co

El camino de las telecos ha sido el alternativo al marcado por otros grupos que optaron por opciones más agresivas, como la venta directa. Tal fue el caso de las francesas Altice y Bouygues, la irlandesa Eir y la suiza Sunrise.

Los efectos de estos movimientos en el sector se intepretan desde distintos ángulos. Por un lado, las empresas de telecomunicaciones saben que ahora no dependen tanto de estos activos porque la cobertura ha dejado de ser un servicio diferencial  — el negocio está ahora en los datos y no en la voz —  y son conscientes de que pueden ahorrar costes; los operadores como Cellnex, por su parte, se convierten en un jugador neutral y a la vez en el casero de las operadoras durante mucho tiempo.

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