Las clínicas de España siguen lucrándose con la silicona defectuosa

Algunos centros implantan nuevas prótesis a mitad de precio. Los gastos de hospitalización y del equipo médico elevan la factura a 5.000 euros

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Centenares de mujeres en toda España están atrapadas por la silicona defectuosa que ha vendido el fabricante galo Poly Implant Prothèse (PIP). No sólo padecen problemas de salud, sino que ahora para solucionarlos las afectadas tendrán que pagar más. Retirar los implantes «supone un coste adicional de 3.000 euros en algunas clínicas», que han llegado a acuerdos con otros fabricantes de prótesis. De lo contrario, «el precio de la nueva operación ronda los 5.000 euros», es decir, el mismo coste que implantar unos pechos nuevos, según fuentes de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP).

La Seguridad Social no se hace cargo de retirar la silicona defectuosa en aquellas pacientes operadas en centros privados hasta que se generen problemas de salud. Algunas clínicas se han lanzado a hacer precios especiales orientados a las afectadas y ofrecen la pareja de prótesis por 500 euros –menos de la mitad del coste habitual que oscila entre 1.200 euros y 1.500 euros– a lo que hay que sumar las tarifas del hospital y del equipo quirúrgico.

Los precios varían si se trata de una operación de cambio de prótesis o si han explotado y hay que retirar el contenido disuelto. En el primer caso, “la intervención dura menos de una hora y el precio mínimo es de 600 euros o 700 euros, que es lo que cuesta alquilar la sala». Si la situación es más complicada “puede significar dos horas y más de 1.000 euros sólo de quirófano”, insisten desde la organización.

Volver a operarse podría suponer más de 5.000 euros incluyendo las nuevas prótesis, tarifa que algunos centros se reduce en 2.000 euros. Sin embargo, la mayoría de las clínicas se desentienden de reparar los pechos anómalos a no ser que se paguen los honorarios completos.

Más de 900 consultas

Desde la asociación española que vela por las afectadas aseguran que “hay más de 900 mujeres en España que han solicitado ayuda. Al día tenemos una decena de llamadas”, según la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores.

“Todas tienen que volver a pagar” a pesar de que muchas de las pacientes ahora no tienen trabajo ni recursos económicos. añade Flores. Además, algunas de ellas pidieron un préstamo para costearse la primera intervención que están todavía pagando.

Más exigencias a la clínica

Entre las advertencias y consejos que les ofrecen a las pacientes, “lo primero que pedimos es que se quiten la silicona, que pidan el expediente a la clínica, el informe completo de ambas operaciones, que les den las prótesis y que les hagan una factura”, asegura Flores.

La asociación denuncia que muchas clínicas no hacían recibo para evitar pagar el IVA y reducir impuestos. Aunque no por ello la paciente se beneficiaba de tarifas reducidas por las intervenciones cuando, además, “las prótesis PIP eran cuatro veces más rentables que el resto de las marcas. Una cosa tan barata no podía ser buena”, insiste Flores.

Economía Digital

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