Los centros comerciales desahucian a Blanco

Unibail-Rodamco expulsa a la cadena de todos sus grandes almacenes por impagos de alquileres

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Una persiana cerrada recibía a los clientes que visitaban este viernes alguna de las 102 tiendas de Blanco repartidas por España. Tras tres meses cobrando a destiempo, la práctica totalidad de la plantilla de la cadena de moda secundó la jornada de huelga convocada por los sindicatos. En Barcelona solo acudieron a trabajar dos empleados en la tienda de la calle Pelai y en el conjunto del país se sumó a los paros el 97% de los trabajadores, según UGT.

Blanco está dejando de pagar las rentas a los propietarios de un amplio número de tiendas y la consecuencia es un goteo de desahucios. Según ha podido saber Economía Digital, el grupo inmobiliario Unibail-Rodamco expulsará a Blanco de sus centros comerciales durante los primeros días de noviembre. Cerrarán los locales de la cadena de moda en La Maquinista y Splau!, en Barcelona; los de La Vaguada y Parque Sur, en Madrid; y el de Bonaire en Valencia.

Los representantes de la plantilla lamentan que Blanco ni siquiera informe a los empleados de las tiendas que van a ser desalojadas por impago de los alquileres. «Los echa la policía», lamentan representantes de la plantilla, que critican la opacidad de la empresa. Este medio ha intentado recabar la versión de la compañía pero no ha obtenido respuesta.

Nóminas troceadas

Por otro lado, los trabajadores denuncian retrasos y fraccionamientos de las nóminas. En agosto los empleados tuvieron que esperar hasta el día 7 para ingresar la retribución y en septiembre no cobraron hasta el día 9. La nómina de octubre la han percibido fraccionada en tres pagos, hecho que ha acabado con la paciencia de la plantilla.

En el horizonte de futuro de Blanco hay una fecha destacada: el 7 de noviembre. Aquel día el comité de empresa está convocado para negociar el último ERE de la cadena. Por el momento las tiendas de Blanco volverán a cerrar por huelga los próximos tres viernes.

Tres años convulsos

La situación de Blanco ha empeorado de forma drástica en los últimos tres años. La firma que lleva el apellido de Bernardo Blanco presentó en 2013 un concurso de acreedores. Un año después la cadena cayó en manos del fondo de inversión saudí Alhokair, especializado en gestionar franquicias de marcas de moda en el país árabe. Dos años después y tras destruir más de un millar de puestos de trabajo, el fondo vendió la firma a otro fondo dubaití, cuya llegada ha coincidido con el goteo de cierres de tiendas.

Blanco cerró 2014 con una caída de las ventas del 36,7%, hasta los 107,6 millones de euros. Aquel año perdió 32 millones de riyales saudíes (7,9 millones de euros al cambio). La empresa, que no ha presentado todavía las cuentas de 2015, espera salvar los muebles con una redimensión de la cadena, según informó en un comunicado en septiembre.

Cristian Reche

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