Marc Murtra sigue vendiendo en Hispanoamérica: Telefónica sale de Ecuador por 330 millones
La venta de su filial en Ecuador refuerza la estrategia de Telefónica de reducir presencia en Latinoamérica y concentrarse en mercados clave
Archivo – Fachada de la sede de Telefónica, a 7 de noviembre de 2024, en Madrid (España).
Telefónica da un nuevo paso en su estrategia de concentración geográfica con la venta de Otecel, su filial en Ecuador, al grupo luxemburgués Millicom. La operación, valorada en 380 millones de dólares (unos 330 millones de euros al cambio actual), forma parte del proceso de reestructuración que la compañía está llevando a cabo en América Latina con el objetivo de centrarse en mercados prioritarios y optimizar su cartera de activos.
La venta fue comunicada por la operadora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y supone la transferencia del 100% de las acciones de Telefónica en el país andino. El precio acordado está sujeto a los ajustes habituales en este tipo de operaciones, y su cierre definitivo dependerá de las correspondientes aprobaciones regulatorias.
Un paso más en la salida de Latinoamérica
Esta transacción no es un caso aislado. En los últimos meses, Telefónica ha cerrado o anunciado ventas de filiales en Perú, Argentina, Colombia y Uruguay, todas ellas parten de la hoja de ruta marcada por el presidente de Telefónica Hispanoamérica, Marc Murtra. Su objetivo es claro: reducir exposición en entornos regulatoriamente complejos, con baja rentabilidad o elevada volatilidad, y redirigir recursos hacia mercados con mayor potencial de valor a largo plazo.
En Ecuador, Telefónica operaba bajo la marca Movistar y tenía una cuota de mercado del 28%, con cerca de cinco millones de clientes. Competía principalmente con Claro, el gigante regional de América Móvil, y con la operadora estatal CNT.
Para Millicom, esta adquisición representa una oportunidad estratégica. El grupo, que opera en América Latina bajo la marca Tigo, fortalece su presencia en Sudamérica con un movimiento que le permite entrar en un mercado con economía dolarizada y una creciente demanda de servicios digitales.
El entorno macroeconómico ecuatoriano y la expansión del acceso a internet y la banda ancha han sido elementos clave en esta operación. Millicom aspira a convertir esta adquisición en un nuevo motor de crecimiento, ampliando su base de usuarios y consolidando su oferta de servicios móviles y fijos.
Una estrategia basada en la transformación digital
El cambio de manos de la filial ecuatoriana no implica alteraciones inmediatas para los usuarios, pero a medio plazo se espera que Millicom implemente su modelo operativo, con especial foco en la innovación, la inclusión digital y la mejora de infraestructuras tecnológicas. Su estrategia, centrada en la transformación digital y el desarrollo sostenible, encaja con las oportunidades que ofrece un país como Ecuador, donde aún hay margen para la penetración de tecnologías avanzadas.
Con esta venta, Telefónica sigue afinando su balance y fortaleciendo su posición financiera. Además del ingreso por la transacción, la compañía continúa reduciendo su deuda y concentrando sus esfuerzos en regiones como Europa y Brasil, donde cuenta con mayor escala y sinergias operativas.
La desinversión también permite una mayor agilidad a la hora de tomar decisiones estratégicas, en un contexto global cada vez más condicionado por la necesidad de innovación tecnológica, competencia feroz en precios y demandas regulatorias exigentes.
Qué viene ahora
La operación está pendiente de las autorizaciones pertinentes y se espera que se cierre en los próximos meses. En el caso de completarse con éxito, Telefónica seguiría su hoja de ruta hacia un modelo más enfocado, eficiente y rentable, concentrado en activos de alto valor añadido y con menores riesgos regulatorios o económicos.
Por su parte, Millicom gana músculo en una región clave para su crecimiento futuro, ampliando su red de clientes y reforzando su apuesta por ser un actor principal en el ecosistema digital latinoamericano.
Con esta nueva venta, Marc Murtra y su equipo avanzan en el rediseño del mapa operativo de Telefónica, que sigue su camino hacia una presencia más selectiva y una estructura empresarial más robusta y orientada al largo plazo.