Naturgy culminará sus recortes sin ERE con 400 prejubilaciones

La energética redujo su plantilla en más de 2.000 personas en 2018 y su objetivo es cerrar el capítulo de bajas este año por vías no traumáticas

Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy

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Los rumores de ERE se ciernen sobre Naturgy y han puesto nerviosos a sus sindicatos. Los recortes en el consejo y la cúpula hacían presagiar un hachazo también a nivel de los soldados rasos de la compañía, pero Francisco Reynés y su nuevo núcleo duro lo están resolviendo de forma pacífica y silenciosa, sin ERE, y culminarán los recortes con al menos 400 prejubilaciones este año.

Naturgy redujo más de 2.000 empleos en 2018, según consta en su memoria anual. En concreto, pasó de una plantilla mundial de 14.718 empleados a una de 12.700. Una parte pequeña fue por la venta del negocio en Italia y Colombia, pero la mayoría fueron salidas pactadas. 880 bajas se produjeron en España y el resto principalmente en Latinoamérica. Los recortes le costaron 180 millones de euros.

Fuentes cercanas a la compañía explicaron que estos recortes se hicieron sin necesidad de presentar ningún ERE sino con negociaciones individualizadas con cada empleado. En la mayoría de casos se trata de prejubilaciones: a los trabajadores de cierta edad que se considera que han cumplido su ciclo, se les hace una oferta y se negocia la salida.

Naturgy elimina duplicidades, especialmente en Latinoamérica, y rejuvenece su plantilla con prejubilaciones

En otros casos han sido empleados más jóvenes mediante salidas pactadas. Por ejemplo en Latinoamérica, donde existían algunas duplicidades de funciones. Pero sea como fuere, las salidas se han realizado siempre mediante pactos y nunca de manera forzosa, aseguran las mismas fuentes.

Estos recortes siguen en 2019 con el mismo mecanismo, hasta al menos 400, aunque la cifra podría ser superior si surgen más oportunidades. La media de edad de la plantilla de Naturgy, especialmente en España, es bastante alta, por lo que la maquinaria de las prejubilaciones seguirá funcionando. Fuentes de Naturgy evitaron concretar los recortes y negaron que la energética vaya a hacer un ERE.

Naturgy sigue con su plan de eficiencia

Con estos recortes, Reynés considerará completado el capítulo de bajas dentro del plan de eficiencia que inició en Naturgy en 2018. La eficiencia lo impregna todo dentro del plan estratégico 2018-2022, que se centra en lograr valor para compensar a los accionistas. Prioriza las desinversiones sobre las compras, así como el ahorro para maximizar el beneficio. El año pasado ya incrementó el 30% el dividendo y en 2019 subió otro 5%.

Para demostrar que iba en serio con el plan de eficiencia, y porque no hay demostración más clara que empezar por arriba, el presidente ejecutivo de Naturgy redujo el consejo de administración de la compañía de 17 a 12 miembros. Fue en mayo del año pasado, y unos días más tarde, en el mismo mes, redujo a cuatro las áreas de negocio y rebajó la nómina de altos directivos, además de elegir a su guardia de corps.

La antigua Gas Natural anunció a bombo y platillo estos cambios, casi tanto como su refundación como Naturgy en junio, coincidiendo con la presentación del plan estratégico. Pero para los recortes en la plantilla, el camino elegido fue el contrario: discreción y trabajo de hormiguita. Puede salir más caro económicamente pero más barato socialmente y a nivel de imagen.

El control cambia de manos

Naturgy está controlado desde hace casi un año por dos fondos de inversión que suman un 40% de las acciones: GIP (20%) y CVC, que tiene otro 20% juntamente con Corporación Financiera Alba, el holding inversor de la familia March (75% CVC y 25% March). La Caixa sigue siendo el primer accionista con el 24% y Reynés era inicialmente un hombre de la casa, pero la influencia del grupo presidido por Isidro Fainé en la gestión ha caído a plomo.

Las desavenencias entre ambas partes se vieron en la última junta, en la que Criteria Caixa se abstuvo en la votación del megabonus de Reynés y la cúpula de Naturgy, como desveló Expansión. Va en contra de los valores de la Fundación Bancaria La Caixa, explicaron fuentes de la misma.

Otros pequeños accionistas votaron en contra al entender que esta medida no casa con la austeridad pregonada por la energética. Pero sí que contó con el visto bueno de CVC y GIP, que permitió que el bonus se aprobara. Los fondos están satisfechos con el incremento del dividendo, que se lleva el 96% de los beneficios, y dan vía libre a Reynés.

Xavier Alegret

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