Repsol y Santos invertirán 2.555 millones en un ‘megaproyecto’ petrolero en Alaska

La inversión para la primera fase del proyecto ya ha obtenido el beneplácito del consejo de administración del grupo energético dirigido por Josu Jon Imaz

Repsol

Sede de Repsol. Foto: Archivo

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Repsol y la energética australiana Santos invertirán 2.600 millones de dólares, una cifra que equivale a 2.555 millones de euros, para desarrollar Pikka, un yacimiento de petróleo ubicado en Alaska, cuyo descubrimiento ha sido el mayor en los últimos 30 años en Estados Unidos.

La inversión para esta primera fase del proyecto ya ha obtenido el beneplácito del consejo de administración del grupo energético dirigido por Josu Jon Imaz. Además, el grupo energético ha comunicado que el desarrollo adicional en el proyecto podría llevar la inversión total en el campo a más de 3.000 millones de dólares, lo que equivale a unos 2.952 millones de euros.

Yacimiento petrolero ‘Pikka’

Pikka es el primer proyecto de desarrollo de Repsol en Alaska, donde ha estado activo desde 2011 y ha realizado múltiples descubrimientos significativos en la región de North Slope.

La compañía posee una participación del 49% en el proyecto, mientras que Santos, que se convirtió el año pasado en el socio de Repsol en Alaska al comprar su participación a Oil Search, cuenta con un 51%. De esta manera, cada una de las compañías contribuirá con una inversión de unos 1.300 millones de dólares, y por tanto, unos 1.277 millones de euros.

La inversión total cubrirá la fase inicial de desarrollo de Pikka, y se espera que 80.000 barriles de petróleo diarios comiencen a fluir en 2026, lo que supondrá un suministro adicional en unos mercados bajo presión debido a las menores inversiones en ‘upstream’, un concepto que hace referencia a la exploración y producción, a nivel global en los últimos años.

Garantizar la seguridad energética

En este sentido, el consejero delegado de Santos, Kevin Gallagher, ha considerado que este proyecto está «en el momento adecuado y en el lugar adecuado», ya que «los proyectos petrolíferos de bajas emisiones de carbono como Pikka Fase 1 responden a la nueva demanda de suministro de la OCDE y son fundamentales para la seguridad energética mundial y de Estados Unidos, que se ha puesto de relieve desde la invasión rusa de Ucrania».

A finales de julio, en una conferencia con analistas con motivo de la presentación de los resultados del primer semestre de la compañía, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ya anunció respecto a este proyecto en Alaska que se esperaba tomar la decisión final de inversión en este trimestre, «con un primer pronóstico de petróleo en el primer semestre de 2026».

Repsol ha destacado que el proyecto está diseñado con un índice de intensidad de carbono que se encuentra entre los más bajos de la cartera global de ‘upstream’ de la compañía, lo que refuerza su compromiso con los proyectos de bajas emisiones.

Reducir las emisiones

La compañía presidida por Antonio Brufau da así un importante paso adelante en uno de sus principales proyectos ‘upstream’, que entregará así la primera producción para Repsol en Alaska en 2026. Con un enfoque de desarrollo por etapas, Pikka ha sido diseñado para proporcionar «flexibilidad de capital» y, al mismo tiempo, ofrecer un rendimiento de emisiones del cuartil superior, ha añadido Repsol.

En este sentido, para reducir aún más las emisiones, se implementarán esquemas de reducción incluidos, como el reemplazo del diésel por gas natural de combustión más limpia para alimentar las operaciones o la instalación de tecnologías de recuperación de calor en las turbinas de generación de energía.

El desarrollo completo de la primera fase consistirá en 45 pozos que se perforarán desde una sola plataforma de pozos, utilizando tecnología líder en la industria para reducir la huella ambiental, con instalaciones intermedias asociadas que incluyen una instalación de producción, un centro operativo, una planta de tratamiento de agua de mar y tuberías.

Más de una década en Alaska

Este hito materializa más de una década de actividad de Repsol en Alaska, donde la compañía ha dirigido la perforación de 16 pozos de exploración y evaluación desde 2011.

Los pozos ‘Horseshoe-1’ y ‘1A’, perforados durante la campaña de invierno de 2016-2017, confirmaron que la formación Nanushuk es uno de los descubrimientos de hidrocarburos convencionales en tierra más grandes de los Estados Unidos en 30 años.

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