Uber y Cabify se enfrentan al escrutinio de Carmena

La alcaldesa de Madrid quiere que la policía controle las posibles prácticas ilegales de las VTC

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Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, quiere controlar la actividad de Uber y Cabify en Madrid en beneficio del taxi. Se ha comprometido a poner en marcha un plan de vigilancia policial para controlar que las VTC no consigan clientes por la calle o en zonas muy concurridas, más allá de los viajes precontratados; ya que la ley no se lo permite. 

Carmena se ha reunido de nuevo con las asociaciones de taxistas para continuar el proceso de compatibilización de los servicios ofrecidos por las empresas de vehículos con conductor (VTC), a las que quiere imponer un control constante. Este tipo de operaciones, que llevará a cabo la Policía Municipal de Madrid, se pondrán en marcha «inmediatamente», según las palabras de la alcaldesa.

El cuerpo de policía deberá asegurarse de que los coches operados por las VTC con distintivos medioambientales con una B o una C no realicen servicios en el Madrid Central, ya que lo tienen prohibido por ley. Será también la policia quién se encargue de evaluar las denuncias que presenten los taxistas en contra de de prácticas por part de Uber y Cabify que puedan considerarse ilegales. 

Pese a los encuentros con el gremio de taxistas, el ayuntamiento de la capital descarta regular las competencias de las VTC, como sí han hecho Valencia y Barcelona. Carmena apuesta por dejar funcionar a Uber y Cabify con normalidad, pero ha alineado las competencias los taxis con los servicios que ofrecen estas empresas, permitiendo a los taxistas cerrar precios por precontrato o apostar por el «taxi compartido». 

 

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