Los vídeos formativos del millón de euros

Homuork convence a BBVA y Danone con sus cursos a distancia y espera ingresar un millón de euros con solo tres años de vida

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Una oficina del Eixample barcelonés es la base de operaciones de Homuork, la «start-up» pionera en generar vídeos formativos para empresas. Ha seducido a grandes compañías como BBVA, Danone o Seat. «No queremos crear cursos típicos, sino la formación del mañana», asegura a modo de declaración de intenciones Alexandra Maratchi, consejera delegada y fundadora de la firma junto a Xavier Orri.

Homuork surge en 2013 para contrarrestar la calidad «mejorable» de la formación que brindan las compañías a sus trabajadores, en pleno boom de los MOOC (cursos de formación a distancia en abierto). «Si el 80% del tráfico en Internet es vídeo, formar a través de este formato tiene sentido», argumenta Maratchi.

La idea ha cosechado «un éxito rotundo» que hace que la firma sea una de las pocas empresas emergentes españolas que genera beneficios casi desde el primer momento. Homuork cerró 2015 con una facturación de 250.000 euros y su previsión es acabar el año ingresando un millón.

La línea de negocio inicial son los cursos a medida. Clases de inglés para taxistas encargadas por Turisme de Barcelona o un MOOC de geopolítica impartido por Javier Solana para Esade son algunos ejemplos. Después de tres años de recorrido, la pyme explora ahora otro campo, el de los cursos transversales, aptos para cualquier organización. Nace Homuork Lab.

Aprender a trabajar con milénicos

Acompañar a las empresas a digitalizarse, asegurar el bienestar de los trabajadores o formar en igualdad de género son las tres patas del nuevo laboratorio de cursos de la firma, que se apoya en expertos de primera línea. Para enseñar «mindfulness», por ejemplo, se han aliado con Andrés Martín, el principal experto español en esta técnica.

Otra de las novedades de la factoría Homuork Lab es un curso para enseñar a los directivos a trabajar con milénicos («millennials»), en consonancia con la voluntad de Maratchi de adaptarse a las necesidades del futuro.

«Tenemos muy buen margen operativo», comenta la consejera delegada, que ha financiado su nuevo proyecto sin acudir a rondas de inversión, solo con autofinanciación. El crecimiento de la firma, con presencia en diez países, persigue, según Maratchi, «impactar en la sociedad» a través de la educación.

Cristian Reche

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