Alcoa logra su récord de beneficios el año que cerró San Cibrao: 380 millones

Mientras la fábrica de San Cibrao entra en una hibernación de dos años, Alcoa firma resultados récord, “la mejor salud financiera” de su historia, en palabras del responsable mundial del grupo, Roy Harvey. La multinacional presentó este miércoles los resultados correspondientes al pasado ejercicio, en el que obtuvo ganancias de 429 millones de dólares, algo más de 378 millones de euros.

Es el beneficio más elevado que logró la compañía desde la segregación de 2016, cuando se separó la división de aluminio primario, la actual Alcoa, de Arconic, que agrupó los desarrollos para automoción o aeronáutica de mayor valor añadido. “Tuvimos un año transformador: registramos el beneficio neto anual más alto, devolvimos efectivo a nuestros accionistas y redujimos significativamente nuestra deuda”, proclamó Harvey.

Alcoa venía de dos ejercicios consecutivos con pérdidas y las mayores ganancias hasta ahora se habían producido en 2018, con 227 millones de dólares, y 2017, con 217 millones. En 2016 y 2015 también acabó en números rojos.

Fue el año del conflicto de San Cibrao, que acabó con el acuerdo para parar las cubas de electrolisis con el compromiso de reactivarlas en dos años, cuando la compañía marcó máximos en bolsa y también en beneficios.

El coste de la reestructuración de Alcoa

Todo ello a pesar del impacto del conflicto lucense, huelga incluida, que cortocircuitó también a la planta de alúmina, contigua a la de aluminio. Alcoa explica que las cargas asociadas al parón de la factoría de A Mariña equivalen a un impacto negativo de 62 millones de dólares –unos 55 millones de euros–, dejando al margen el compromiso de 103 millones de dólares de inversión para la reactivación de las instalaciones.

Al conflicto en Lugo hay que añadir el cierre de la fundición de aluminio de Wenatchee y, sobre todo, los compromisos por pensiones de extrabajadores en Estados Unidos, donde saldó deudas por valor de 921 millones de dólares. Limpiar ese pasivo es uno de los aspectos mejor valorados por los analistas, pero empujó a la multinacional a los números rojos en el último trimestre, en el que perdió 392 millones de dólares, unos 345 millones de euros.

Alcoa se queja ante los inversores del coste de la energía en España

El incremento de precios de la alúmina y el aluminio está detrás del buen desempeño del grupo, especialmente por la reducción de costes que llevó a cabo en los últimos años a base de ajustes en su red de producción. Ese proceso dejó por el camino a las plantas de A Coruña y Avilés, y casi hace lo mismo con la de Lugo.

Roy Harvey volvió a destacar ante los inversores el problema del coste energético en España. Señaló que los precios alcanzaron su máximo histórico, con 244 euros/Mwh en diciembre, y que se espera que se mantengan altos hasta la reactivación de la planta. “La fundición de San Cibrao compra energía a tasas que se aproximan a las de mercado, por lo que está expuesta a esa volatilidad”, señaló Alcoa en la presentación ante analistas. Tras el parón de la electrolisis –continuará funcionando la fundición–, la multinacional espera pérdidas en los dos próximos ejercicios de entre 20 y 25 millones de dólares en la factoría lucense.

Alcoa señala también que pudo vender stock acumulado en la planta lucense por la huelga de los trabajadores el año pasado. Y que las ventas de activos, como la planta de laminación de Warrick, en Indiana, o una factoría en Seattle, permitieron compensar los cargos adicionales por la reestructuración de la red y el abono de deuda por pensiones. La multinacional obtuvo 352 millones de dólares a base de enajenaciones.