Ourense y Lugo se quedan fuera de las grandes ayudas europeas a empresas

PSA Citröen acapara la gran mayoría de los incentivos regionales de Galicia en 2017; ningún proyecto de Ourense o Lugo fue capaz de captar ayudas

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La Galicia industrial se acomoda en el Eje Atlántico. Eso indica año tras año el informe Ardán, elaborado por el Consorcio Zona Franca de Vigo, que situaba en su última edición el 80% de la riqueza generada por la actividad empresarial en un año en las comarcas de A Coruña, Santiago y Vigo. Eso parece apuntar también el preocupante declive demográfico en el interior de Ourense y Lugo. Y hasta los datos de captación de ayudas de las empresas parecen apuntar a un ensanchamiento en la brecha económica entre costa e interior.

Entre las subvenciones más importantes a la inversión empresarial están los llamados incentivos regionales, que impulsan mediante fondos europeos proyectos para favorecer el desarrollo del tejido productivo. Fue a través de estas ayudas como PSA Citröen logró más de 20 millones para su planta de Vigo. Aunque a Galicia no le fue mal en cuanto a captación de subvenciones en el último ejercicio, ningún proyecto de Lugo u Ourense logró hacerse con ayuda alguna.

PSA coloca a Galicia en el pódium

Así lo pone de manifiesto el informe A Economía Galega, editado por Afundación y dirigido por el economista Alberto Meixide. El documento señala que las subvenciones en 2017 se multiplicaron por 15 en Galicia respecto al ejercicio anterior, “si bien la mayor parte de las ayudas se dirigieron hacia las nuevas inversiones de la factoría de Citroën. No se subvencionó ninguna empresa de las provincias de Lugo y Ourense”.

En conjunto fueron once proyectos los beneficiarios con 36 millones en ayudas para completar una inversión de algo más de 400 millones. El proyecto del fabricante automovilístico distorsiona los datos, pues captó 20,6 millones para apuntalar una inversión de 295 millones, situando a Galicia como la segunda comunidad que más fondos captó por esta línea de ayudas, solo por detrás de Andalucía, según datos del Igape.

De los once proyectos beneficiarios, tres pertenecen a grandes empresas y ocho, a pymes, que recibieron 28,1 y 8,1 millones respectivamente.

El fracaso del Plan Ferrol

Los incentivos regionales son uno de los instrumentos de cabecera del Gobierno central para destinar fondos europeos al tejido productivo de las Autonomías. El Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) es el organismo clave en esta materia, pues canaliza fondos para la innovación y el desarrollo tecnológico. Según el informe de Afundación, las partidas comprometidas en Galicia durante 2017 ascendieron a 66,3 millones, un incremento destacable respecto a los datos de 2016, cuando se quedaron en 47 millones.

El documento constata, sin embargo, el naufragio del Plan Ferrol, el programa impulsado por el Ministerio de Industria como ejemplo de política de apoyo a la industrialización para territorios con dificultades.

“No había motivos para la preocupación por el recorte en los presupuestos destinados a llevar a cabo este plan (se pasó de 45,7 en 2016 a 36,56 millones de euros), ya que, en su mayor parte, no se utilizó, aprobándose solo un préstamo de 1,5 millones de euros para la ejecución, por la empresa Greenalia Logistics, de la segunda fase de un proyecto de biomasa forestal. Se trata de la antigua García Forestal, única empresa apoyada por este programa en 2014”, explica el informe A Economía Galega.

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