Losán recibe dos millones en préstamos del Igape y negocia otro con Xesgalicia a los tres años del rescate de la SEPI

Losán, la segunda maderera gallega por ingresos, ha conseguido el respaldo de la Xunta para paliar los problemas de liquidez con los que lleva lidiando desde hace más de un año y que la obligaron a negociar la reestructuración de unos 200 millones de deuda, proceso que se cerró a finales del pasado ejercicio. La compañía, con dos plantas en Galicia y cuatro repartidas entre Castilla y León y Castilla-La Mancha, consiguió durante las negociaciones el respaldo del Gobierno gallego, el de la Junta y el de la SEPI, actor necesario para sacar adelante el plan de viabilidad del fabricante de tablero tras la inyección de 35 millones otorgada a través del fondo de solvencia y aprobada en diciembre de 2021 en Consejo de Ministros.

El compromiso de la Xunta se está materializando ahora, coincidiendo con el inicio de las protestas en la plantilla, que ha convocado una concentración este miércoles en la fábrica de Curtis para reclamar el cobro de los salarios atrasados y un plan industrial que garantice la actividad productiva. Antes de esa convocatoria, la semana pasada, el Igape formalizó dos préstamos de un millón de euros para Losán, uno destinado a la planta de Curtis y el otro a la de Vilasantar. La entidad adscrita a la Consellería de Economía aporta ambas inyecciones en el marco de la línea de financiación de circulante para aquellas empresas en procesos de reestructuración.

Los dos millones de euros deberían servir a Losán para ponerse al día en el pago de nóminas, pues, según la CIG, había trasladado a la plantilla que la ayuda pública se destinaría, al menos en parte, a esta cuestión. Consultadas por este medio, fuentes del departamento que dirige María Jesús Lorenzana han confirmado la formalización de los préstamos y han señalado que el Igape «está trabajando desde el primer momento para apoyar la actividad y el empleo en las plantas que el grupo tiene en Galicia».

De hecho, el compromiso de la Xunta con la empresa viene de lejos. Según las fuentes consultadas, el Gobierno gallego ya confirmó su apoyo durante el proceso de negociación para la reestructuración de la deuda, aunque para concretar los números y la fórmula era necesario alcanzar un acuerdo con los acreedores, entre los que estaban Abanca, BBVA o el Santander, además del propio Estado a través de la SEPI y, de manera indirecta, del ICO, que firmó con el grupo que dirige Luis López Rico avales por valor de 18,7 millones mediante las líneas creadas para solventar problemas de liquidez de las empresas tras la pandemia.

Pendientes de Xesgalicia

Al margen de los préstamos del Igape, el apoyo público para Losán podría tener una segunda pata en Galicia. Xesgalicia, la gestora de fondos de capital riesgo de la Xunta, está estudiando la posibilidad de complementar los créditos para circulante con una nueva ayuda. La entidad, que gestiona cuatro fondos, tiene dos mecanismos para respaldar a las empresas: la concesión de préstamos ordinarios o participativos, o bien la toma de participaciones para entrar directamente en el capital. A priori, la fórmula para Losán sería la primera.

Fuentes del Gobierno gallego recalcan que la ayuda de Xesgalicia para la maderera no está confirmada, aunque admiten que se está estudiando esa posibilidad, sin concretar la cifra a la que podría ascender. El Igape es el accionista único de Xesgalicia y participa también en los diversos fondos que gestiona.

Los problemas de Losán

Con un volumen de negocio de más de 300 millones, Losán es la segunda mayor maderera gallega por detrás de Finsa. A cierre de 2022, tenía una plantilla de 1.600 trabajadores repartidos en las plantas de Curtis, Vilasantar, Zamora, Cuenca, Ciudad Real y Soria, donde acordó recientemente un ERE que supondrá la salida de 48 trabajadores. Al negocio español hay que sumar plantas en Rumanía, aunque la compañía aceptó vender parte de sus activos allí en sus compromisos con la banca para la reestructuración de su deuda.

Tras el rescate de la SEPI, la crisis volvió a golpear al fabricante gallego, que en 2024 reconoció que no podía atender las obligaciones de deuda de su primera emisión de pagarés, realizada a principios de 2023. Entonces atribuyó las dificultades a la negativa de una de las entidades de su pool bancario a mantener las líneas de financiación de circulante. Posteriormente, reconocería también que el impacto de la inflación y los problemas en la cadena de suministro habían afectado a su negocio, en lo que consideró un problema «puntual» y que podría resolver mediante la reestructuración de su pasivo.

El siguiente paso en la estrategia de la compañía pasa por dar entrada a un socio en su capital que aporte liquidez al balance del grupo, tarea para la que ha contratado al banco de inversión Alantra, según avanzó El Economista.