Vestas cierra las plantas que construyó con 23 millones en subvenciones públicas

Tanto la Xunta como la Junta de Castilla y León concedieron ayudas millonarias a Vestas para las fábricas de León y Viveiro; la compañía no pudo justificar las subvenciones ni mantener las plantas

Fábrica de Vestas en Viveiro / Ana Varela

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Como sucedió en León hace apenas tres años, el fabricante danés Vestas ha anunciado el cierre de su factoría en Viveiro (Lugo). Construyó ambas plantas con el respaldo de importantes ayudas públicas, pero no han sobrevivido al ajuste de capacidad que está realizando en Europa, donde prevé la clausura de otras dos fábricas en Dinamarca y Alemania. La decisión de la compañía asesta un nuevo golpe a la industria gallega, que sigue perdiendo centros de producción, y a la economía de A Mariña Lucense, que continúa pendiente del futuro de Alcoa. Galicia está a punto de perder las fábricas de componentes eólicos de Siemens-Gamesa y de Vestas en pleno apogeo de la instalación de parques.

Las instalaciones vivarienses producen generadores para eólica terrestre de 2 megavatios y paneles de control para la turbina marina V164. El grupo danés explica que el descenso en la demanda de las plataformas de 2 MW y “la necesidad de optimizar” la fabricación para la eólica off shore hacen “inviable” la planta. Ofrecerá, dice, recolocaciones para los 115 trabajadores afectados por el cierre en otros de sus centros en España.

Una ayuda millonaria y cinco imputados

Tanto la fábrica gallega de Vestas como la de León recibieron ayudas públicas para su desarrollo. El Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) concedió en 2010, recién llegado Feijóo a la Xunta, una subvención de 3,62 millones a la compañía, que se había comprometido a ejecutar una inversión de 10 millones para fabricar en A Mariña los generadores que utilizan los molinos eólicos V90, entonces los más competitivos del mercado español.

Esta inyección de dinero público no llegó a ejecutarse por completo, pues Vestas no era capaz de cumplir las condiciones de inversión y empleo que llevaba aparejadas. La subvención se rebajó a 2,7 millones en 2018, que se quedarían finalmente en 1,7 millones, al entender que el fabricante habría cumplido el 75% de los requisitos de la ayuda. La resolución que recogía la concesión llegó poco después del cierre de la planta de León.

Las dificultades para cumplir con las ayudas fue solo uno de los problemas de Vestas en la ampliación de su factoría de Viveiro. Lo más tormentoso del proyecto no lo sufrió directamente el fabricante, sino la alcaldesa socialista María Loureiro y cuatro ediles imputados por supuesta prevaricación por la concesión de licencia, aunque todos acabarían absueltos.

La puesta en marcha de la planta tenía como objetivo respaldar la producción de León, por lo que el cierre de las instalaciones de Villadangos del Páramo hicieron temer que las gallegas correrían la misma suerte. Sin embargo, Vestas aseguró entonces a la plantilla la continuidad y las inversiones del centro. Tres años después anuncia su cierre inminente.

20 millones en León

Tampoco le dolieron prendas a la compañía para cerrar la fábrica leonesa, que había recibido bastantes más ayudas que la gallega, comenzando por casi 10 millones a cuenta de los incentivos regionales que le fue concedida en agosto de 2010 y que cobró íntegramente. La Junta de Castilla y León había concedido anteriormente, en 2006, una subvención de 3,5 millones, también para inversiones destinadas a la factoría, y añadió otra de 1,2 millones para I+D.

Según las cuentas de Vestas Manufacturing Spain, la sociedad española que absorbió a la antigua cabecera del grupo, Vestas Narcelles, la compañía obtuvo entre 23,1 millones en subvenciones entre 2006 y 2012 para sus plantas de Viveiro y León, aunque nunca llegó a cobrar, de hecho se quedó lejos, la totalidad del importe.

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