Cosquillas para los ricos: el impuesto de patrimonio no llega ni al 5% de sus sicav

La recuperación del impuesto sobre patrimonio es sólo una pequeña china en el zapato de los ricos españoles. Los 1.080 millones que el Gobierno espera recaudar son una minucia frente a los 26.000 gestionados sólo por las sicavs de las grandes fortunas

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Las grandes fortunas españolas pueden estar satisfechas. La recuperación del impuesto sobre el patrimonio es un mal menor. Pagarán como lo hacían hasta 2007 mientras sus joyas de la corona, las sociedades de inversión de capital variable (sicav) que tributan el 1% en el impuesto de sociedades, se van de rositas.

Aunque el portavoz del Gobierno, José Blanco, ha vuelto a resucitar la vieja petición de cambiar la fiscalidad de las sicav, en los cuarteles generales de las grandes fortunas aseguran que la preocupación es mínima: lo consideran un brindis al sol a apenas dos meses de las elecciones generales.

A los ricos españoles les salen los números. Los 1.080 millones que el Gobierno espera recaudar con la recuperación del impuesto de patrimonio apenas suponen el 4% del patrimonio gestionado sólo por las sicav. Un total de 26.000 millones al cierre del año pasado repartido entre acciones, renta fija, depósitos bancarios y fondos de inversión. No se computan, por ejemplo, las propiedades inmobiliarias.

Con los números del Gobierno en la mano, los 160.000 españoles más ricos que pagarán el recuperado impuesto se rascarán el bolsillo una media de 6.750 euros. Una minucia si se tiene en cuenta que el impuesto va dirigido a los que tienen al menos un millón de euros: un patrimonio mínimo de 700.000 euros más los 300.000 del mínimo exento para la vivienda.

“No hay razones para ponerse nervioso. Las cantidades que prevé ingresar el Gobierno son la mitad de los 2.212 millones de 2007 y aunque está claro que nos gustaría no tener que pagar nada, con la que está cayendo toca contribuir”, señalan en uno de los mayores family office del país. La cifra que toca pagar no es en absoluto desmesurada. Tanto es así que en 2003, en pleno boom económico en España, se recaudaron 1.069 millones con este impuesto, una cifra prácticamente idéntica a la actual.

Por lo tanto, los gestores de las grandes fortunas se dan por satisfechos, máxime a la vista de que el filántropo Warren Buffett, 16 grandes ricos franceses con la dueña de L’Oreal a la cabeza, o medio centenar de grandes fortunas alemanas se han mostrado dispuestos a pagar más impuestos.

Lejos queda para los Ortega, Koplowitz o Del Pino de turno la dura primavera del 2010, cuando el Gobierno amenazó seriamente con subir los impuestos a las sicav. Entonces, muchos family office amenazaron con liquidar sus sociedades y dar el salto a paraísos fiscales como Luxemburgo. Las autoridades económicas dieron marcha atrás y los daños fueron mínimos. En plena crisis, la cifra de sicav sólo se redujo el año pasado en un 2,75%.

Las CCAA, clave

El impuesto sobre el patrimonio está cedido a las comunidades autónomas, según recoge la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. Son la CCAA las que deciden cuál es el mínimo exento, así como la tarifa, las deducciones y las bonificaciones del impuesto. Sólo en el caso de la comunidad autónoma no apruebe una escala propia, se aplicará la que establece el Estado.

Clave va a ser la postura de Madrid y Catalunya para los dos ejercicios para los que se recupera el impuesto. Según las estimaciones que han hecho los técnicos de Hacienda con los datos del último ejercicio en el que se aplicó el impuesto, el de 2007, 323 millones de los 1.080 que recaudará corresponderían a Madrid, 271 a Cataluña, y 109 a la Comunidad Valenciana.

¿Qué ocurriría si las comunidades autónomas no unifican sus criterios? Algo tan sencillo como que las grandes fortunas podrían cambiar su domicilio fiscal a aquellas comunidades que renuncien a cobrar el impuesto de patrimonio. De momento, no hay unanimidad.

Discrepancias autonómicas

El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, ha asegurado que su comunidad «se plantará» y no lo recaudará porque hay que ser «coherente». La contrapartida es que las CCAA que no apliquen el impuesto podrían perder la compensación establecida por el Gobierno tras la eliminación del impuesto en 2008.

Las incógnitas empezarán a despejarse este viernes, cuando el consejo de ministros aprueba la recuperación del impuesto. De momento, los ricos duermen tranquilos.

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