La electricidad de las empresas gallegas: cada vez más renovables y eficiencia energética

Puesta de largo para la quinta edición del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, que un día después del apagón, se presentó en el San Francisco Hotel Monumento de Santiago, en un acto con empresarios, directivos, economistas y representantes políticos e institucionales. El estudio impulsado por Economía Digital Galicia arrojó luz sobre el desempeño de las empresas en las áreas que viene analizando desde el año 2020, como son el buen gobierno, el medio ambiente, el entorno y las personas, todas ellas elementos centrales de las estrategias de sostenibilidad y de la manera en la que Europa ha entendido la generación de riqueza sostenible.

El amplio trabajo, cuyos datos desgranó el economista y director técnico del Atlas, Marcelino Fernández Mallo, aborda también el ámbito energético, concretamente, la manera en la que las empresas se abastecen de energía y el uso más o menos eficiente que hacen de ella. En un momento de revisión de la red eléctrica y del mix de generación para entender las causas del cortocircuito del lunes, la información del estudio deja claro que las compañías gallegas mantienen una apuesta sostenida a lo largo del tiempo por el uso de renovables y la eficiencia energética en su actividad.

De las 72 empresas que participaron en la quinta edición del Atlas, con un negocio conjunto de 53.000 millones y 243.000 empleados, el 37,5% obtiene más de la mitad de la energía que necesitan para su actividad de fuentes renovables, un avance importante en comparación con el 23,6% de la anterior edición del informe. Otro 18,1% emplean energía renovable para cubrir entre un 20% y un 50% de sus necesidades de suministro. Cabe señalar, para entender la evolución en esta materia, que en la primera edición del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida eran la mitad de las participantes las que declaraban utilizar energía renovable, mientras que cinco años después, casi un 57% asegura que al menos un 20% de su suministro procede de fuentes limpias.

En cuanto a la certificación de eficiencia energética completa, el porcentaje de empresas con esta acreditación se sitúa en el 23,6%, en una proporción similar al año anterior, aunque con un salto importante respecto al Atlas de 2022, cuando eran solamente el 18,3% de las compañías las que contaban con el certificado.

«El uso de energías renovables y la apuesta por la eficiencia energética son dos estrategias fundamentales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el calentamiento global», explica el estudio, de ahí que forme parte de su campo de análisis y que sean una buena noticia los avances en este ámbito.

Los valores detrás de la sostenibilidad

Con fortalezas y debilidades, los datos recopilados por el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida parecen mostrar un camino inequívoco que se abre paso en contextos cambiantes. Lo expresó el editor de Economía Digital, Juan García, en la intervención que abrió el acto: «A lo largo de estos cinco años, el concepto de sostenibilidad, sus objetivos y el camino para avanzar hacia ellos, ha ido variando desde una adhesión casi inquebrantable hasta su cuestionamiento por sectores de nuestra sociedad, para desembocar en los tiempos actuales en los que algunos dirigentes parecen encontrar el escenario ideal para sus propuestas políticas en la volatilidad y el caos», señaló.

García defendió a continuación que «los valores en que se apoya el objetivo de sostenibilidad deberían ser irrenunciables para una sociedad moderna que aspire a ser más eficaz, rica y justa: el mejor aprovechamiento de los recursos naturales, una gobernanza de empresas e instituciones más representativa y un compromiso más firme con la sociedad en que se desenvuelven son elementos que están en la base, al menos, de los principios rectores que nos hemos dotado en lo que conocemos como el mundo occidental».

La conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana camina junto al editor de Economía Digital, Juan García, en su llegada al acto. Detrás, el director de Economía Digital Galicia, Julián Rodríguez, y el director xeral de la Oficina Económica de la Presidencia de la Xunta, Juan Carlos Reboredo / Economía Digital Galicia

Buenas notas en Buen Gobierno y Entorno

Parece que fue ayer, pero cinco años de análisis dan para mucho. Ese es el convencimiento de Marcelino Fernández Mallo, que relató cómo el concepto de sostenibilidad ha ido avanzando a lo largo del tiempo a través de dos frentes, el de la propia crisis climática y el de los conflictos geopolíticos. El director técnico del Atlas explicó cómo el modelo de economía sostenible está más vigente que nunca pese a la aparición de algunos discursos políticos que ejercen de resistencia, y cómo el impacto en el medio y en las personas ha pasado al primer plano de la actividad empresarial, frente a tiempos pretéritos en el que el primer factor de preocupación era la rentabilidad.

El economista detalló los resultados del trabajo, señalando fortalezas notables de la empresa gallega como la integración de la ética y la sostenibilidad en los parámetros que marcan las decisiones empresariales, la amplia adhesión al Pacto Mundial de la ONU, o la preocupación por el respeto a la biodiversidad e, incluso, al paisaje. También señaló algunas debilidades, como el ritmo todavía bajo en el que se reducen los gases de efecto invernadero, la falta de certificación sobre la huella hídrica o los débiles datos obtenidos en formación, que explican el peor resultado en la categoría Personas.

En líneas generales, sin embargo, la empresa gallega saca el aprobado y de manera holgada en Buen Gobierno y en Entorno, una categoría que mide el impacto positivo sobre el territorio, como por ejemplo el peso de los proveedores locales, la inversión en I+D o las ventas internacionales.

El compromiso de la Xunta

La jornada se cerró con un diálogo entre Antonio Álvarez, el director de sostenibilidad de Profand, y Julián Rodríguez, el director de Economía Digital Galicia; y con el discurso de clausura de la conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, que envió un saludo a los presentes de parte del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que no pudo asistir al acto por las urgencias de gestión generadas por el apagón eléctrico del lunes.

La conselleira destacó que el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida es un «excelentísimo» trabajo y una «herramienta sólida» para saber hacia dónde tenemos que ir. «Quiero poner en valor que con los resultados del informe las empresas gallegas crecen, como ya sabíamos, y además podemos decir que crecen bien», afirmó, destacando que el estudio pone de manifiesto que la mayor parte de las empresas gallegas «entienden que el éxito económico va acompañado de la sostenibilidad y del compromiso con el territorio y las personas».

La Xunta, por su parte, está comprometida con «mantener un clima económico favorable y estable dentro de las incertidumbres globales , y para movilizar inversión y consolidar industria». «Nuestra comunidad se construye de una manera conjunta, con tranquilidad, entendimiento y diálogo con el tejido productivo«, insistió Lorenzana.

La conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, interviene durante la presentación del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida

La responsable de Economía del Gobierno gallego destacó las ventajas competitivas del territorio, como un «excepcional potencial de recursos naturales» que permiten la generación renovable. Explicó que la estrategia de desarrollo de esos recursos y del abaratamiento de la energía conseguirá atraer inversiones y traccionar más empleo. «Sabemos que el futuro pasa por las energías verdes y pasa por el proceso de descarbonización. Por eso iniciamos una estrategia ambiciosa de recursos naturales y repotenciación de parques eólicos», señaló. Los datos que maneja el Gobierno gallego apuntan a que, la culminación del proceso de repotenciación y el refuerzo de la red de transporte, que depende del Gobierno central, permitiría reducir entre un 68% y un 76% los aerogeneradores de Galicia, pero generando hasta un 125% más de electricidad sin necesidad de nuevas líneas de evacuación. Esto equivaldría a conseguir una potencia adicional de 1.300 megavatios o 70 nuevos parques eólicos.