Feijóo coloca a Rueda de sucesor tras negociar cuotas de poder con los barones

Manuel Baltar se aparta y deja el camino libre al vicepresidente Alfonso Rueda para que asuma la presidencia de la Xunta y del PP en un congreso exprés que podría celebrarse en junio

Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo en una imagen de archivo

Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo en una imagen de archivo

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Alberto Núñez Feijóo ha logrado desbloquear su propuesta para una sucesión tranquila en Galicia. El nuevo presidente del PP ha acordado con el barón ourensano Manuel Baltar que el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se ponga al frente del Gobierno gallego y del partido. El apoyo del presidente de la Diputación de Ourense parece despejar el camino definitivamente para el pontevedrés, pues es previsible que A Coruña, la otra provincia que había pedido un congreso, se sume al acuerdo. De ser así, Feijóo conseguiría evitar un cónclave a cara de perro para elegir a su sucesor, con el riesgo de fractura interna que comporta.

La primera opción que manejó el todavía presidente de la Xunta fue la de que el propio comité ejecutivo del PP designar a Rueda como presidente del partido, de manera que no fuera necesario un congreso extraordinario –el ordinario se celebró el año pasado– y se evitara una «bicefalia», pues su número dos ocuparía también la presidencia de la Xunta en su lugar. La anticipación de Diego Calvo en A Coruña y de Manuel Baltar en Ourense al pedir un congreso derivó en las negociaciones que pilotaron Miguel Tellado y, en los últimos días, el propio Feijóo.

Reparto de poder

Las conversaciones fueron en dos direcciones. Una de las soluciones que se puso sobre la mesa fue la de una presidencia para los dos años de legislatura que quedan con el compromiso de celebrar un congreso antes de las elecciones autonómicas que definiese al próximo candidato de los populares a la Xunta. Tanto A Coruña como Ourense presentaron nombres alternativos a Rueda para ponerse al frente del Gobierno gallego en la etapa de transición, según las fuentes consultadas. La otra propuesta fue la lista de unidad que quería Feijóo, un reparto de cuotas de poder que mejore las posiciones de las dos provincias, que habían reivindicado su rendimiento electoral en las pasadas elecciones autonómicas.

Alfonso Rueda con Manuel Baltar y Elena Candia

Está por ver cómo se configurará el listado de cargos de cara al congreso exprés, cómo se distribuyen esas cuotas de poder, pero ya parece claro que al frente estará Alfonso Rueda y que el resultado del cónclave se sabrá antes de celebrarlo. Así llegó Feijóo a la presidencia del PP, pero no a la del PPdeG, donde Manuel Fraga le dio la opción de competir con otros dos candidatos.

Las conversaciones no solo afectaban a los cargos orgánicos, sino que los barones también pidieron más representatividad en las instituciones, tanto en la Xunta como en el Parlamento. A falta de resolver esas cuestiones, Feijóo tiene lo que quería: una sucesión rápida y ordenada, aunque no tan tranquila como habría deseado. Las apelaciones a la unidad, a la necesidad de evitar que el partido se rompa por la sucesión, fueron clave para este primer acuerdo.

Si la idea del líder del PP no cambia, dimitirá en mayo de la Xunta y, en paralelo, se convocará el congreso del partido, que podría celebrarse en junio. Realmente, los plazos permiten celebrarlo incluso en mayo, aunque en esas fechas también se celebra el congreso de Madrid, donde probablemente Feijóo quiera ir a arropar a Díaz Ayuso.

Alfonso Rueda con Mariano Rajoy y José Benito Suárez

La agridulce victoria de Rueda

Alfonso Rueda sale victorioso del envite, aunque no está claro que salga reforzado. El vicepresidente de la Xunta suscitaba un amplio consenso para ponerse al frente de la Xunta en los dos años que restan de legislatura, pero los barones rechazaban entregarle todo el poder, incluida la candidatura como líder de los populares a las próximas elecciones autonómicas.

Baltar dijo este martes que era el «más preparado» ya que «tiene conocimiento del autogobierno, pertenece profesionalmente al mundo de la Administración local y ha estado con Feijóo codo con codo desde el principio». «No hay que ver en esto cuestiones territoriales, sino de darle una solución a Galicia que sea rápida y que sea efectiva. Lo importante es hacerlo rápido, asegurando la estabilidad en el partido y la Xunta», insistió.

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