Nace el Foro Fieito, el “think tank” que aspira a hacer de Galicia un territorio industrial “competitivo”

El grupo tiene como objetivo contribuir desde el "conocimiento" y el "análisis crítico" a que se adopten las medidas necesarias para un desarrollo industrial en la comunidad que "articule una transformación histórica"

Foto de familia fundación Foro Fieito

Foto de familia fundación Foro Fieito – FORO FIEITO

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Académicos, científicos y profesionales industriales de la comunidad han lanzado el Foro Fieito, un grupo que nace con la vocación de contribuir a que Galicia aproveche el “momento histórico” que se abre con la transición ecológica para convertirse en un territorio industrial “avanzado, competitivo y descarbonizado”.

«No puede ser que siempre callen los que más tienen que decir», ha aseverado el catedrático de Física de la USC Luis Miguel Varela, impulsor de la plataforma que cuenta entre su equipo promotor con el catedrático de Medicina Juan Gestal; el decano de la Facultade de Filosofía de la USC, Xabier de Donato; la profesora de Bioloxía Otilia Reyes, la directora del Instituto de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (Idega), Dolores Riveiro; y el también catedrático de Proyectos de Ingeniería, Manolo Marey.

El grupo tiene como objetivo contribuir desde el «conocimiento» y el «análisis crítico» a que se adopten las medidas necesarias para un desarrollo industrial en Galicia que «articule una transformación histórica» en el territorio a través de un «crecimiento económico» respetuoso con «los derechos sociales y la defensa ambiental».

Manifiesto

Los impulsores del foro están convencidos de que Galicia tiene en estos momentos de conversión económica lo necesario para convertirse en un territorio industrial, «viejo anhelo» de «figuras políticas, literarias y ensayísticas del país», como refleja el manifiesto con el que se ha cerrado la presentación, leído a cargo de la doctora en Química y divulgadora Deborah García.

En él, inciden en que Galicia tiene «las mejores condiciones que tuvo nunca» para cumplir el «antiguo sueño» de situarse a la «vanguardia» de las «revoluciones industriales» por sus «singulares características geográficas, climáticas y ambientales» que «le otorgan los recursos para convertirse en una potencia en el campo de la producción y almacenamiento de energías renovables» y para «asentar los centros de producción y decisión en sectores avanzados».

Subrayan como factores para lograr esta «transformación histórica» la «moderna» red de transporte terrestre, marítimo y aéreo, «un capital humano adecuadamente formado» y la «amplia autonomía política y plena conciencia de país» que consideran que existe en Galicia en la actualidad para «desarrollar una base industrial autóctona o integrada en redes industriales de referencia».

«La comunidad académica, tecnológica e industrial debe ponerse al servicio del país para formar la inteligencia estratégica que contribuya a la evaluación y promoción de programas y proyectos», inciden en su manifiesto, compuesto por diez puntos en los que abogan por cuestiones como la protección ambiental, cultural y patrimonial, poner «al servicio» de la sociedad los recursos naturales del país y que los proyectos industriales «reapren cualquier forma de daño causado al medio ambiente o las comunidades locales en el proceso de instalación».

Todo esto desde el convencimiento de los impulsores de Foro Fieito de que la actividad industrial «adecuadamente diseñada y controlada» es «plenamente compatible» con la preservación del medio ambiente y la salud pública, algo que ven «probado» en las «economías más avanzadas»; y que, además, incluso «puede contribuir a la recuperación del entorno natural».

Momento “crucial” en la transición energética 

Antes de la lectura del manifiesto con el que se ha cerrado el acto, el impulsor de la plataforma, Luis Miguel Varela, ha señalado durante la presentación de los miembros del equipo impulsor que ha remarcado que el motivo para que investigadores y académicos «salgan de su torre de marfil» reside en el «convencimiento» de que se encara un «momento crucial» como la transición energética en el que Galicia «no puede permanecer ajeno».

El catedrático de Física ha mostrado su convencimiento que «la aplicación constructiva de la ciencia y las humanidades» puede «conciliar el crecimiento económico, el desarrollo industrial y la preservación del medio».

Ese camino, ha continuado, debe hacerse desde «el estudio crítico, desapasionado y alejado del fragor» para «evitar la espiral del silencio» a través de la «seriedad» que corresponde «a los académicos».

Por ello, ha invitado a sumarse a la iniciativa que aspira a «ser un foro de referencia del que los gallegos se puedan fiar y sentirse orgullosos» a cuatro profesores e investigadores de áreas como la medicina (Juan Gestal), el desarrollo de proyectos industriales (Manolo Marey), las ciencias sociales y jurídicas (Dolores Riveiro), la biología y la ecología (Otilia Reyes) y las humanidades (Xabier de Donato).

Este último, durante la ronda de intervenciones, ha mostrado su convencimiento de que las humanidades y la filosofía «pueden contribuir a este proceso para poner adecuadamente en valor el uso que se hace de la tecnología y de la industrialización».

Por su parte, Juan Gestal ha incidido en que la «reactivación económica» y la «industrialización» supone la «mejora la calidad de vida de la población y promueve el cambio social», por lo que ha abogado por aprovechar las «oportunidades» que se presentan para Galicia en el contexto actual.

El ingeniero Manolo Marey puso el foco en la «técnica y ciencia» que hay detrás del emplazamiento que se elige para los proyectos industriales, al tiempo que ha remarcado que «no hay nada sostenible si no es económicamente sostenible». «Produzcamos lo que produzcamos, tiene que ser capaz de mantenerse por sí mismo en un mercado global», ha remachado.

La directora del Idega quiso remarcar que el proceso industrializador debe estar «dirigido», para lo que es preciso «voluntad política, decisión y mucho conocimiento», así como «escuchar a todos los actores involucrados en los proyectos» para que la toma de decisiones sea «informada», un procedimiento en el que se ha mostrado convencida de que deben tener un papel protagonista los académicos y científicos.

Por último, la bióloga ha apelado al desarrollo de la economía circular con una «vigilancia» sobre el medio ambiente para prevenir daños y, si no es posible, implementar «medidas correctoras desde su inicio». «En esto, los científicos tenemos mucho que aportar», ha concluido.

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