Cajas, bancos y… Moody’s

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Está pasando estos días como si nada un alarmante informe de la agencia de calificación Moody’s sobre la salud actual y futura del sistema financiero español. Las sospechas de que no es oro todo lo que reluce vienen en realidad desde hace tiempo y están más o menos fundadas.

¿Cómo es posible que el derrumbe del sector inmobiliario español, que el paro se haya disparado en apenas un año y medio hasta casi el 20% y los efectos de la crisis financiera internacional apenas hayan afectado a las saneadísimas cuentas de resultados de nuestros bancos?

Durante un tiempo la respuesta fue que la actitud diligente y preventiva del Banco de España, modelo exportable de control, había logrado un sistema financiero en nuestro país mucho más resistente. No sólo nuestros bancos eran más solventes y estaban mejor pertrechados que sus colegas, sino que además, se pensaba, las sospechas tenían un cierto componente de envidia: ¿qué buscaban especialmente los ingleses lanzando sus críticas infundadas? ¿había resentimiento por el éxito del Santander en su país?

Hoy vuelven a redoblar con fuerza los temores acerca de un posible maquillaje en el sistema financiero español y aumentan los agoreros que vaticinan un duro despertar, con unas cuentas de resultados bastante más escuálidas de lo que estamos acostumbrados a ver.

La Asociación Española de Banca se mantiene en sus trece y niega la mayor y asegura que el sector está manteniendo sus beneficios gracias, prácticamente, al negocio recurrente y que, por tanto, todos tranquilos. Wait and see.

Y mientras ayer saludábamos el anuncio formal de la primera fusión de cajas en Catalunya, una operación que, como ya hemos mencionado en otros posts, parece nacida con fórceps y que se presentó con una arquitectura tan complicada de equilibrios entre territorios, fundaciones de obra social, poderes políticos y otras cuestiones bastante alejadas del puro negocio financiero que uno no sabe si alegrarse o mantenerse a la expectativa.

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