De los jardines tradicionales, a las fachadas verdes

La empresa Jardinería Doménech intenta reinventarse para compensar los duros años de la crisis

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¿Cuál es lo último en jardinería? Desde los huertos urbanos que hace unos años ya comenzaron a dejarse ver, hasta las fachadas verdes o jardines verticales. «En lugar de la típica pared, se trata de decorar con plantas la fachada de una casa o la sede de una empresa», subraya Jaime Doménech, fundador de Jardinería Doménech.

Esta pyme catalana, que ya lleva más de 15 años en activo, ha detectado que en la jardinería, como en otros sectores, hay que renovarse para no morir. Por ello y escuchando las peticiones de algunos clientes, aprovecha su experiencia para hacerse un hueco en nuevos nichos de mercado.

«Cada vez más, sobre todo las empresas, buscan ser sostenibles y un contacto directo con la naturaleza. El objetivo ahora es centrarse en la innovación, con servicios como el jardín vertical, para diferenciarse de la competencia y ofrecer al mismo tiempo paisajismo y jardinería», subraya Doménech. Y de los jardines verticales, también se puede evolucionar a otras opciones como los tejados verdes de los edificios, según apunta el empresario.

Esta empresa ha contado con clientes VIP, pero se muestra muy prudente al respecto. Aunque Doménech ha sido el jardinero de futbolistas y cantantes, insiste en que no ha trabajado para empresas muy grandes y lamenta que el sector de la jardinería no está todo lo valorado que le gustaría.

Las dificultades de trabajar con la administración

Esta empresa sabe, como muchas en España, lo que es una crisis económica. Aunque en su día llegó a contar con 18 trabajadores, en la actualidad el equipo está formado por 11 personas. Además, trabajar en el sector público no ha sido una tarea fácil cuando la situación económica no brillaba por su esplendor. Jardinería Doménecha ha trabajado para la Diputación de Barcelona y también para varios ayuntamientos. «La crisis ha sido bastante fuerte. El sector público ha recortado mucho sus partidas. Y es difícil entrar en según qué contratos públicos si los precios son muy bajos», señala Doménech.

Además, las pymes, que suponen el grueso del tejido empresarial español, no lo han tenido nada fácil en estos últimos años.»Es muy complicado porque tienes que reducir gastos, trabajar con una plantilla menor, con unos precios más bajos y seguir adelante», añade.

Por ello, a pesar de que la situación parece que mejora, sigue estando lejos de aquellos tiempos de bonanza. «Aunque hace un par de años comenzó a subir la facturación, a los niveles pre-crisis no llegamos. Ahora lo importante es mantener la estructura actual y ser precavidos porque todavía no se sabe si este pequeño repunte es real o no», concluye el empresario.  

Economía Digital

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