La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tiene una máxima que intenta aplicar a rajatabla al menos mientras su jornada se desarrolla en Madrid. Volver a su hogar antes de la medianoche para poder dedicar algo de tiempo a su vástago de tan solo seis meses.
Los organizadores de las reuniones nocturnas con la vicepresidenta ya saben que tienen que programar los actos con cierta antelación para que estén finalizados un rato antes de la medianoche.