Aumenta la volatilidad de la deuda pública
En las últimas semanas, se ha producido un brusco aumento de las volatilidades en la deuda pública, especialmente en la zona euro. En este sentido, el mejor tono de los datos económicos en el área y el repunte de las expectativas de inflación, al hilo de la recuperación del precio del petróleo, empujaron a los inversores a deshacer masivamente las operaciones en el mercado de bonos. Lo que dio lugar a un repunte significativo de las rentabilidades en un mercado que en momentos se tornó ilíquido.
Aunque en menor magnitud, los bonos de Estados Unidos también se han visto arrastrados por esta corriente, y tanto sus rentabilidades como su volatilidad se han incrementado. Todo ello a pesar de que la debilidad mostrada por algunos datos económicos recientes en EEUU ha aplazado las expectativas en torno a las subidas de interés por parte de la Reserva Federal.
Hay que destacar que el repunte de las volatilidades se ha confinado al mercado de bonos, ya que en otros activos éstas no han dibujado un movimiento semejante. Además, bonos y acciones han reflejado en las últimas semanas un comportamiento divergente que no ha sido la pauta habitual en los últimos tiempos.
En los países emergentes, la volatilidad de las divisas muestra una tendencia descendente en las últimas semanas favorecida por varios factores: el retraso en la subida de los tipos de interés en EEUU; las medidas de relajación monetaria y financiera tomadas recientemente por las autoridades chinas; y el repunte de los precios de las materias primas, que ha relajado las presiones sobre los países productores.
Por su parte, la volatilidad del petróleo muestra un marcado repliegue desde el pico que alcanzó a principios de año, gracias a la recuperación de los precios del crudo tras la fuerte corrección que iniciaron en el segundo semestre de 2014.
Los cálculos realizados por los analistas de referencia apuntan a que la percepción global de riesgo se mantiene contenida, pese al repunte que ha experimentado la volatilidad en los mercados de bonos. Esto indica que este fenómeno no obedece a un incremento generalizado de la aversión al riesgo, sino a cuestiones particulares de este mercado.
Aunque es probable que el aumento de la volatilidad en los bonos remita poco a poco –toda vez que el BCE se declara comprometido con su programa de compra de deuda—esta subida ilustra la fragilidad actual de la liquidez en el mercado de bonos. Todo ellos después de que las diversas fuerzas de oferta y demanda surgidas con la crisis hayan derivado en una escasez relativa de activos seguros.