Ceguera de poder

Pedro Sánchez sacrifica la integridad judicial y la cohesión nacional en su desesperado intento por aferrarse al poder, al ceder ante las demandas del procés y firmar una ley de impunidad que deja a España vulnerable ante la desintegración y la desigualdad ante la ley

Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Está tan ciego de poder que se supera cada día, demostrándonos que no piensa pararse ante ninguna línea roja con tal de asegurar, durante unos meses más, su permanencia en la Moncloa. El intercambio de la impunidad para los delincuentes del procés, negociada con los afectados, a cambio del poder, es el caso más flagrante de corrupción política que ha vivido nuestro país desde que estamos en democracia.

La ley de amnistía (de la que renegó ante sus electores durante la campaña del pasado 23 de julio) es la degradación jurídica elevada a su máxima potencia porque se trata de una ley a la carta. Con nombre y apellidos para premiar a quienes delinquieron. Gestada al margen del Parlamento, con clandestinidad y alevosía y tutelada por un expresidente del gobierno reconvertido en aliado de Maduro (Zapatero) y un prófugo de la justicia (Puigdemont) que tiene al presidente del gobierno de España cogido por el cuello, dada su extrema debilidad parlamentaria y acosado por los casos de corrupción que le han estallado en el entorno.

El intercambio de la impunidad para los delincuentes del procés es el caso más flagrante de corrupción política que ha vivido nuestro país

Reactivar el ‘procés’

Más allá de la euforia forzada del ministro Bolaños, este gobierno, con la cesión de la amnistía, ha firmado su sentencia de sometimiento permanente al secesionismo catalán. El vasco espera su turno, pacientemente. La ley de impunidad, lejos de gozar de un amplio consenso social (como recomienda la Comisión de Venecia) suscita un rechazo mayoritario en todo el país, a excepción de Cataluña y País Vasco. Y tampoco consigue reconciliación alguna, como se han encargado de insistir desde Junts y ERC, desmintiendo al ministro Bolaños.

Por lo tanto, aunque han manoseado el Código Penal a su antojo, no apaciguarán así a la fiera. Que es insaciable. Este no es un pacto por la convivencia. Es mentira. Y Bolaños lo sabe. Por mucho que hable de acercamiento y de constitucionalidad al referirse a quienes solo buscan desconectarse de España. Con el borrado de los delitos, Pedro Sánchez solo está consiguiendo reactivar el procés. La revancha de los indultados, amnistiados y rehabilitados no ha hecho más que empezar. La amnistía es solo el principio. Las siguientes necesidades de Pedro Sánchez (presupuestos) las irán cobrando “pieza a pieza” (palabra de Jordi Turull).

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. EFE/ Ailen Díaz

Facturas cada vez más elevadas

Y veremos a Pedro Sánchez ir pagando facturas cada vez más elevadas, porque hasta ahora ha estado dispuesto a retocar el Código Penal (eludiéndolo en la ley de amnistía) y a desautorizar a los jueces, aunque no pueda controlar todos los resortes institucionales. Y esa es la grandeza de nuestra democracia. La capacidad de actuación judicial. Porque la nueva redacción de la amnistía no garantiza el blindaje total de Puigdemont.

Su texto contiene algunas quiebras (lógicas, tal como se ha pactado) y presenta fugas técnicas. Si sus redactores han resuelto la papeleta sorteando el Código Penal español para referirse únicamente al europeo (entre los que no hay tanta diferencia a la hora de tipificar los delitos de terrorismo), la pregunta es: ¿Cómo podrá interpretar el Tribunal Supremo una ley que sortea el Código Penal de su país?

El turno de la justicia

No es posible que los jueces, por mucho que les amenacen los secesionistas, ignoren nuestra legislación para hacer su trabajo. Por lo tanto, es la hora de la Justicia. Y si el texto de la ley de impunidad establece que quedará amnistiada la malversación en los casos en los que no ha habido enriquecimiento personal, seguramente los jueces deberán valorar no solo el destino de los fondos, sino la usurpación en sí del dinero público. En la ley se pretende acotar el camino: «no se considerará enriquecimiento la aplicación de fondos públicos destinados al procés». ¡Vaya por Dios! ¡Como si hiciera falta llevarse el dinero público a casa para que exista ánimo de lucro!

Con la amnistía para los delitos de terrorismo tampoco saldrán bien parados Puigdemont y los suyos. Si se prevé que no puedan amnistiarse los actos que hayan causado de forma intencionada graves violaciones de derechos humanos, los altercados en la toma del aeropuerto del Prat hablaron por sí solos. Con el derecho penal español y con el europeo.

Con la amnistía para los delitos de terrorismo tampoco saldrán bien parados Puigdemont y los suyos

Cuando la ley se apruebe y entre en vigor, será el turno de la justicia que podrá recurrir ante el Tribunal europeo mientras Puigdemont podrá plantarse en Cataluña, pero ya veremos cuando se podrá beneficiar de la amnistía. Y Sánchez seguirá pidiéndole, por favor, por un referéndum de independencia pactado, que le siga sosteniendo en la Moncloa. Lo peor de todo: que el daño a la nación española es irreversible con la humillación y el desmantelamiento de los instrumentos de defensa de la cohesión y la igualdad de todos ante la ley. Y se tardará años en recomponer el destrozo.

2 comentarios en “Ceguera de poder

  1. Sra. Etxarri, es bien sabido que el extorsionador que ve la debilidad de su víctima siempre quiere más, y siempre vuelve a por más. Lo comprobaremos en breve.
    Su sanchidad -y este psoe, con minúsculas- son un tumor maligno que amenaza con acabar con nuestra democracia y destrozar España irreversiblemente. Creo que es urgente cortar su deriva autocrática y sus ataques a la justicia y para ello nuestra última y única esperanza son los jueces.
    La pregunta es si será ya demasiado tarde, sabiendo que con un pequeño magreo más al poder judicial la situación será irreversible porque los jueces que no están al servicio de Sánchez ya no tendrán los medios para acabar con sus tropelías.
    Estamos a un paso de la Venezuela de Chávez y Maduro….que tan buenos consejeros han tenido para conseguir llegar a esa situación en las personas de Monedero, Iglesias y José Luís Rodríguez.

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