Empieza la convención Demócrata ¿Nos conviene más la victoria de Harris o de Trump? 

El cambio del ticket Biden-Harris por el Harris-Walz no es solo un cambio de nombres, es mucho más

Hoy lunes empieza en Chicago la convención del partido Demócrata. El conclave no servirá para entronizar a Kamala Harris porque los Demócratas, rompiendo la costumbre, ya la nombraron antes del gran evento.  

El hecho de que también se haya revelado, por adelantado, el nombre del candidato a vicepresidente podría hacer pensar que la convención Demócrata se presenta como un evento devaluado, pero no es así.  

Kamala Harris ha revitalizado a unos Demócratas que con Biden estaban hundidos en las encuestas, pero la convención es el punto de partida de una larga campaña hasta noviembre en la que Harris deberá despejar todas las dudas sobre sus capacidades.  

Harris fue fiscal general en California y senadora por un mandato. Con ese currículum intento lograr la nominación Demócrata a la presidencia en 2020 pero su desempeño como candidata fue un desastre y tuvo que retirarse incluso antes de que se celebrará la primera votación primaria en el caucus de Iowa.  

«La política americana se ha polarizado»

Luego Biden, cuando nadie contaba con ella, la rescató como candidata a vice presidenta pero su labor tanto en campaña como durante el mandato de Biden ha sido gris y con errores de principiante. Solo los problemas de deterioro cognitivo de Biden y su precipitada retirada la han llevado a encabezar una campaña que en las primeras semanas sus asesores han luchado por encapsularla para evitar deslices, pero dicha super protección no podrá ser mantenida hasta noviembre.  

El cambio del ticket Biden-Harris por el Harris-Walz no es solo un cambio de nombres, es mucho más. Si las campañas de 2016 y 2020 se libraron entre el ala moderada del partido Demócrata, con Clinton y Biden, contra el ala radicalizada de los Republicanos, con Trump, ahora el partido Demócrata también se ha movido hacia la izquierda. La política americana se ha polarizado.    

Al igual que Trump rompió con el republicanismo clásico y apartó al expresidente Bush o a Mitt Romney ahora los Demócratas con Harris y la elección de Walz miran más a Ocasio-Cortez o a Sanders, socialistas a la americana, que a Obama o los Clinton, socio-liberales light. 

En materia económica las propuestas proteccionistas de Harris y Trump destinadas a captar el voto de los estados industriales cercanos a los grandes lagos se parecen mucho, aunque Trump retrate a Harris como comunista. En materia fiscal, en cambio, las diferencias son grandes excepto en un tema muy sensible en EE.UU como es la tributación de las propinas. En inmigración la retórica es distinta y en política exterior hay grandes diferencias que nos afectan a los europeos.  

La vicepresidenta de EE.UU. y candidata demócrata Kamala Harris. Foto: La Casa Blanca.
La vicepresidenta de EE.UU. y candidata demócrata Kamala Harris. Foto: The White House.

Trump dudó en el momento de elegir a su candidato a vicepresidente entre, el finalmente designado, JD Vance y Marco Rubio. Vance representa la América profunda, olvidada, que tan bien retrato en su autobiografía “Hilibilly, una elegía rural” (Ed. Deusto).

Decantándose por un senador de Ohio frente a un representante de la comunidad hispana, Trump apostó por consolidar su victoria en Ohio y dar la vuelta a los resultados de 2020 en Michigan, Wisconsin o Pensilvania dando por sentado que sus apoyos entre la comunidad latina gracias a la pujanza económica de este colectivo y el apoyo evangelista seguirán creciendo.

Vance es un candidato de puertas a dentro, más aislacionista, contrario al apoyo a Ucrania sin más y poco interesado en la América hispana, Rubio hubiera sido un candidato con más bagaje internacional, con una agenda más cercana a los intereses europeos.  

Harris dudó entre el gobernador de Minnesota, Tim Walz, y el de Pensilavania, Josh Shapiro. El partido aspirante a la reelección juega con ventaja dado que al ser su convención posterior a la del partido aspirante puede analizar el tiquet de Trump y preparar una respuesta ad hoc. Tanto Walz como Shapiro son gobernadores de estados con un fuerte peso industrial y son una respuesta a JD Vance, pero no son lo mismo.

Shapiro es judío y eso habría consolidado la política americana de apoyo sin fisuras a Israel en su lucha contra el islamismo y el terrorismo promovido por Irán, Walz es mucho más ambiguo. Si los Estados Unidos no mantienen su hasta ahora indisoluble alianza con Israel los europeos comprobaremos cuan injustos hemos sido con Israel.