Coyuntura política y sus límites

El Gobierno debe utilizar los cambios en los titulares de sus carteras para ofrecer mejores gestores de los problemas que tiene España y no como una cortina de humo que distraiga a la opinión pública de las crisis sanitaria, económica y política que sufre el país

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en una sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. EFE/ Emilio Naranjo

Un aspecto relevante a observar en la política española es advertir cómo se anuncian, se exponen y se subrayan grandes debates que finalmente no llegan a afrontarse, al ser sustituidos rápidamente por otros. Las carpetas abiertas por el gobierno son diversas y van desde las ayudas europeas, los indultos, la mesa de diálogo con el gobierno de la Generalitat, la crisis con Marruecos, cómo afrontar la entrada de turistas en España para no perder la campaña de verano o el ritmo de vacunación.

Algunas de estas cuestiones tan importantes han quedado en suspenso para una parte de la opinión pública, con la eventual renovación del gobierno. En lugar de abordar los grandes retos estructurales y de reformas que necesita España, se dedica mucho tiempo a especular, valorar y criticar a los nuevos miembros del gobierno.

El resultado de esta sustitución de la agenda política, más centrada en aspectos técnicos, políticos y operativos del nuevo gobierno en lugar de abordar grandes cuestiones permite acercarnos a una verdad obvia que debe ser cíclicamente recordada y es que la urgencia política es capaz de desplazar del foco de interés cualquier asunto, por muy determinante que sea.

El cambio de gobierno que parece impulsará Pedro Sánchez, al margen de las clásicas interpretaciones de quien cae y quien sube, debería estar orientado en decidir los nuevos ministros y ministras que podrán abordar con mayor garantía la crisis con Marruecos, la política internacional o la concesión de los indultos.

La impresión es que el cambio que se quiere impulsar va a permitir que el foco mediático se fije más en los nuevos ministros y ministras que en Pedro Sánchez y ayudar a despejar las incógnitas sobre el papel que jugará Unidas Podemos con el liderazgo de Yolanda Díaz en el gobierno.

Arrojará más luz sobre qué tipo de comunicación debe ahora plantearse para recuperar la iniciativa política y no priorizar los titulares políticos. Permitirá ver cómo combatir al PP ahora que el partido de Pablo Casado sube en las encuestas. Asistiremos a un cambio de gobierno que marcará la coyuntura política pero solo será útil a los ciudadanos si es capaz de demostrar que los cambios obedecen a abordar con mayores garantías los retos que tiene que resolver España.

La coyuntura política tiene que responder para dar explicaciones de cómo ha sido el proceso de vacunación de la población, cómo se ha reconducido el conflicto con el independentismo político y cómo avanza la recuperación económica de España.