Dar un puñetazo en el tablero

En cualquier país del mundo, si un dirigente político estuviera al frente de un ministerio con los tremendos datos sanitarios que ha registrado España durante la pandemia y formara parte de un Gobierno con unos datos económicos como los que atesora nuestro país, seguramente estaría en la picota. Aquí, en cambio, lo encumbramos a candidato a la presidencia de la Generalitat.

Voy a confesar, aunque no sea algo propio de un análisis, que siento una cierta debilidad por Salvador Illa. Le conocí en la manifestación del 8 de octubre de 2017, cuando el PSC, como siempre tímido y avergonzado en la defensa de España y la Constitución, lo mando a él a esa histórica e irrepetible protesta en lugar de Iceta. El PSC asistió pero sin que se notara mucho. Y para quedar bien, ser educado y pasar desapercibido Illa es perfecto.

Miquel Iceta ha afirmado que la decisión estaba tomada desde hace tiempo así que gran parte de la campaña de Illa se ha hecho desde el ministerio en el paseo del Prado en Madrid y las decisiones que ha tomado han sido parcial o totalmente pensando en la campaña y el resultado electoral y no en el conjunto de los españoles. Pero eso no tendrá impacto en la campaña.

«Todos parecen tener así un motivo para votar al PSC o ninguno si se desconfía de estar forma de proceder»

El PSC se ha convertido en un catch all party. El mismo día capta para su candidatura en Tarragona al portavoz municipal de la capital tarraconense y promete el indulto a los políticos condenados por sedición. Todos parecen tener así un motivo para votar al PSC o ninguno si se desconfía de estar forma de proceder.

La decisión de Pedro Sánchez de sustituir a Iceta por Illa es un puñetazo en el tablero de la política catalana y tiene ganadores y perdedores que cambian la parrilla de salida de las elecciones del 14 de febrero.

ERC, Cs y los Comunes serán los perdedores de la llegada de Illa

Entre los perdedores están ERC, Cs y los Comunes. Los republicanos, expertos en ganar encuestas y perder elecciones, tienen en Illa a un rival incómodo.

Los independentistas autoproclamados auténticos de Junts x Cat le recordarán a Aragonés sus pactos con Illa, su -desde su peculiar perspectiva- sumisión al Gobierno de España. El fantasma de la noche de diciembre del ’17 en la que Puigdemont les gano una vez más rondará por sus cuarteles de campaña.

Los Comunes, aliados políticos del PSC y de Sánchez sufrirán igual que ERC. Illa ha sido su socio, lo han sostenido y alabado, enfrentarse a él ahora es entre incomodo e imposible, poco creíble para su electorado.

Cs son los otros perjudicados del encumbramiento de Illa. En el Congreso los de Arrimadas han votado todo lo votable al gobierno de Sánchez-Illa, ahora desmarcarse es difícil.

Los ganadores: Junts x Cat, PP y Vox

En el otro lado hay ganadores: Junts x Cat, PP y Vox.  Junts x Cat puede ahora atacar, más si cabe, a los republicanos. La alianza de ERC y el PSOE es la más visible, importante y sobre la que pivota el sostenimiento del Frankenstein. Y Junts x Cat sabe que muchos votantes independentistas lo que quieren es mambo CDR style, romper y acabar con todo a las bravas y no están para las sutilezas del trÍo Junqueras-Rufián-Aragonés ¿Quién se acuerda de Marta Rovira perdida en la niebla suiza?

«La alianza de ERC y el PSOE es la más visible, importante y sobre la que pivota el sostenimiento del Frankenstein»

Para los populares la candidatura de Illa es también una buena noticia, les permite centrar la campaña en debatir sobre la gestión de pandemia y no solo en el eje Cataluña-España donde Vox y Cs pueden competir con los populares.

Los de Santiago Abascal también pueden celebrar el nombramiento de Illa ya que les permite centrar en él las críticas por la más que discutible gestión del Gobierno y captar así el voto de todos los legítimamente cabreados por las consecuencias de la gestión de la pandemia.

En la sede del PSC sueñan con que Illa haga un Inés Arrimadas y en la foto finish se imponga a republicanos y neoconvergentes demasiado centrados en sus peleas entre ellos. Por ahora, han conseguido que la campaña deje de ser cosa de dos, Junts y ERC, para ser cosa de tres.