El Banco Mundial retrata la carrera de obstáculos que deben superar las empresas en Cataluña
La Cataluña pacificada de la que hace gala el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, no es percibida de igual forma por el empresariado
El Banco Mundial ha realizado una encuesta empresarial en la que ha participado 250.000 empresas con un mínimo de cinco trabajadores de 103 países del mundo. Los datos ponen de manifiesto como la burocracia, la fiscalidad y la atrofia de la administración es un lastre para el desarrollo empresarial y, dado que son las empresas las que generan empleo y pagan impuestos, la causa de que nuestro país tenga niveles de desarrollo y bienestar inferiores a otras naciones.
Dentro de España los datos son desiguales y Cataluña, lamentablemente, no sale bien parada. Por ejemplo, el Banco Mundial señala que en Cataluña para obtener una licencia de actividad se tarda más de tres meses, en concreto 93 días, frente a los 65 días de media a nivel nacional.
A alguien le podrá parecer que 28 días no es gran cosa, pero es el 43% más de tiempo. Todo un mes en el que esa empresa no podrá operar o la hará a medio gas afectando a su facturación y desarrollo.
Cataluña es también donde la administración paga con mayor demora, 80 días frente a los 63 de media a nivel nacional. En esos 17 días ¿Qué hace la Generalitat de Cataluña con nuestro dinero? ¿Por qué las administraciones incumplen la ley que obliga a pagar facturas a 30 días, pero en cambio una empresa no puede demorarse ni un día en liquidar el IVA, el IRPF o la Seguridad Social si no quiere ser sancionada con un recargo?
De nuevo Cataluña es también, junto a Castilla y León, donde los gestores administrativos deben dedicar más horas a gestiones fiscales y tributarias, 180 horas frente a las 150 a nivel nacional. En el caso de Castilla la justificación es por la madeja de papeles que el mundo agrario se ve obligado a realizar, en el caso catalán el motivo es la mala administración y la burocracia excesiva.
No terminan aquí nuestros problemas, en una comunidad como Cataluña, productora y de gran peso industrial, los días de espera en aduana se prolongan hasta 10 frente a los 6 de media a nivel nacional. Eso tiempo de demora afecta a la competitividad, tiempos de entrega y alteran cadenas de producción y montaje.
Podría interpretarse como buena noticia para las empresas catalanas que, de media, una empresa española pierde el 10,5% de su tiempo en actos improductivos como el papeleo gubernamental, frente al 9,5% en Cataluña.
La información es positiva, pero solo a medias, dado que las empresas de los países avanzados dedican a esos menesteres el 8% de su tiempo. El motivo es la existencia de menos administraciones, la mayor productividad de los trabajadores públicos en otros países y el mayor nivel de digitalización de otros aparatos gubernamental extranjeros.
Una licencia de obra se otorga en Cataluña de media en 50 días frente a 84 a nivel nacional
La Cataluña pacificada de la que hace gala el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, no es percibida de igual forma por el empresariado dado que inestabilidad política es citada como un problema por el 8,5% de las empresas catalanas frente a, por ejemplo, solo el 1,7% en Galicia.
La mejor noticia para la economía catalana viene, por una vez, del sector de la construcción. Una licencia de obra se otorga en Cataluña de media en 50 días frente a 84 a nivel nacional.
El problema de la economía catalana no ha sido solo el procés. Junto a la política hay que sumar lo malos que son los políticos como gestores y ejecutivos al crear una administración que es cara, gigantesca, inútil y que actúa como freno de la iniciativa empresarial.