El Supremo con Torra

Mientras el Supremo no nombra un nuevo juez para el recurso de casación de Torra, en JxCat ya huelen la victoria en las próximas autonómicas

El juez del Tribunal Supremo Miguel Colmenero, responsable del recurso de casación que presentó Quim Torra sobre su inhabilitación, ha desistido del caso, dado que ha sido nombrado miembro de la Junta Electoral Central.

Todo son paradojas. Torra fue inhabilitado por prevaricar incumpliendo la ley electoral y desoír a la Junta Electoral. Para retener su cargo, desde el que quiere destruir España, recurrió a la justicia española.

El Torra de hoy no es el Torra que entró en el confinamiento a mediados de marzo. Ese Torra era, según él mismo afirmaba, un masovero de Puigdemont. Luego, llegó la pandemia en toda su plenitud y Torra se convirtió en el cizañero principal de las reuniones de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos.

Las diferentes caras de Torra

Torra pasó de ser interino pseudopresidente de la pseudorepública catalana a presidente de una Comunidad Autónoma española como Murcia o Extremadura, un duro golpe para su supremacista autoestima.

Durante el confinamiento Torra se ha gustado. Mientras Puigdemont se fundía como un azucarillo y la aspirante Borràs era imputada por corrupción él se venía arriba: repartía mandobles a troche y moche a ERC, llevaba la contraria a Sánchez y fingía gestionar cosas.

Torra siempre se sintió llamado a algo superior, pero ahora ha pasado de líder okupa a sentirse personaje con entidad propia. Los suyos le adoran: por un lado, saca de quicio a los republicanos y por el otro, nunca cede frente Sánchez. Esa cerrazón frente a Moncloa fascina a sus votantes, a los de la CUP y llena de envidia insana a parte de los de ERC.

El tiempo a favor de JxCat

Junqueras quiere elecciones a costa de lo que sea y Torra no. El presidente experto en cadenas maltrechas de ADN está tan contento con su nuevo personaje que ya no dice aquello de que no está aquí para gestionar hospitales ni carreteras sino para implantar la República. Ahora habla de gestión y así apura todos los plazos. El tiempo corre a favor de JxCat y él lo sabe.

Torra sabe que Sánchez es abrasivo y que, por lo tanto, quiere tener tiempo para que ERC, el PSC y Cs se chamusquen cuanto más mejor.

Iceta ha pasado de ser asesor áulico de Sánchez para temas de Cataluña a que el presidente del Gobierno haga con él algo parecido a lo que pasó con Vidal-Quadras. Torra se relame al ver como Granados, Illa e Iceta ya no le plantan cara, sino que le apartan la mirada.

El candidato de JxCat da igual

Torra disfruta viendo cómo ERC sufre por su desamor con Sánchez, una semana con Bildu, otra –inadmisible- con Cs y los números republicanos en las encuestas a la baja. Aún más complace a Torra ver como Cs, a quien odia casi tanto como a ERC cambia, nuevamente de guión, y se entrega a Sánchez.

Torra marca perfil propio mientras ERC compite por Cs por las carantoñas de Sánchez. En JxCat huelen ya la victoria en las autonómicas y mientras el Supremo no nombra un nuevo juez para llevar su recurso de casación y retoma el tema, las elecciones pasarán de otoño de este año a invierno del próximo. Al final, el adelanto electoral en Cataluña será algo meramente técnico.

El candidato de Junts x Catalunya da igual. Torra, Puigdemont y Borras harán la campaña y cualquier otro será el nuevo masovero hasta que todo en Cataluña este esquilmado.  

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