Las elecciones catalanas y sus límites

Los partidos independentistas se han impuesto límites a sí mismos para evitar quedar atrapados en la imagen que solo buscan separarse de España sin capacidad de abordar los problemas reales

Tras el 1 de octubre de 2017, el independentismo se ha centrado en todas las elecciones en lograr  restituir su espíritu, intentando reconstruir las razones que lo impulsaron. Cada nueva contienda electoral ha servido para lograr eliminar los efectos del artículo 155 tanto jurídicos como y, de esta forma, poner el contador a cero para volver a empezar.

El esfuerzo se ha orientado para conseguir dominar la desilusión y para generar nuevas ilusiones con el fin de alcanzar el objetivo independentista, basado en separarse de España, aunque sea de forma amistosa. En las elecciones del 12 de mayo de 2024 se plantea un nuevo escenario.

Manifestación en Cataluña. Foto: EFE/Quique García

Una vez logrados los indultos y la amnistía, habiendo ganado influencia en la política española, se debe iniciar una nueva etapa donde sea posible restablecer la política de las cosas concretas. Todos los partidos independentistas son conscientes de que una parte de su electorado necesita, no solo seguir apostando por un referéndum de autodeterminación, sino también establecer un programa político del día a día.

Incluso el proceso de aproximación física de Carles Puigdemont a Cataluña, recordemos que ahora reside en Elna, debe ser leído como un paso para pasar de ser un símbolo del independentismo a ser un líder político que ha generado las condiciones necesarias, entre ellas la amnistía, para poder volver a Cataluña.

Si en el pasado la cuestión central era que aún era posible la independencia, ahora, tanto ERC como Junts, plantean una campaña basada en exigir al Gobierno central que cumpla los compromisos adquiridos con los partidos  independentistas en Cataluña.

Será determinante en la campaña abordar cuestiones como el aeropuerto de Barcelona, la inmigración, la sequía, la seguridad, los impuestos y las infraestructuras.

«Se debe iniciar una nueva etapa donde sea posible restablecer la política de las cosas concretas»

La declaración de Jordi Turull, pronunciada el 13 de enero de 2024, en la que señalaba que en el pasado la cuestión central era que aún era posible la independencia, va en la misma dirección que la emitida el 4 de abril, una vez convocadas las elecciones, en la que pedía mejorar las condiciones del tejido empresarial catalán y afirmaba que “las empresas se van de Cataluña, no por el procés, sino por el exceso de burocracia”.

Los partidos independentistas se han impuesto límites a sí mismos para evitar quedar atrapados en la imagen de ser solo partidos que miran alcanzar la independencia sin capacidad para abordar de los problemas reales de los ciudadanos.  

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