Ese nacionalismo sectario, desleal, pirómano, involucionista y malhumorado

Discriminación, farsa, desprecios al Jefe de Estado, pintadas y persecuciones son solo algunos de los actos que han caracterizado al independentismo catalán solo durante este mes de diciembre

Si la falta de apoyo legal, social, político, internacional y económico ha facilitado la implosión del “proceso”; la estupidez y la farsa, que con frecuencia se confunden o se dan la mano, están hundiendo al nacionalismo catalán en la miseria y la vergüenza.

Algunos ejemplos recientes entre otros muchos

En lo que va de diciembre:

1. El fallo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que considera que la Generalitat de Cataluña discriminó a los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional frente a los mossos, la policía local o los bomberos a la hora de administrarles la vacuna contra la Covid-19.

La estupidez de quien desprecia lo “impropio” español en beneficio de lo “propio” catalán.

2. El conseller de Economía no asiste al acto de celebración del 250 aniversario de la patronal catalana Foment, presidido por el Felipe VI.

La farsa que oculta la prepotencia de quien se resiste a mantener relaciones con el Jefe del Estado hasta que el Rey no pida disculpas por el discurso del monarca del 3 de octubre de 2017 y por las cargas policiales del 1-O.

3. El presidente de la Generalitat –que sí asiste al acto de Foment, pero rehúsa saludar al Rey– pide a Felipe VI que “lo que es posible en Escocia lo sea aquí”. Vale decir, que el Rey presidió también la entrega de despachos a los nuevos jueces: ni el presidente de la Generalitat, ni los consellers, asistieron al acto.

La farsa que oculta la presunción y mala educación de quien –oportunismo de bajo vuelo- aprovecha cualquier oportunidad para marcar perfil ante la fiel infantería independentista a la que ha engañado y sigue engañando con la fantasía de la autodeterminación.

4. La pintada contra el rector de la Universitat Autònoma de Barcelona -“fascista”- por autorizar un acto de la entidad constitucionalista ‘S´ha acabat’.

Lo estupidez que dice mucho de quien la escribe o la pronuncia.

5. Los partidos nacionalistas aprovechan el Día de la Constitución para publicar un manifiesto que denuncia que la Constitución “violenta derechos democráticos básicos”, acusa al Tribunal Constitucional de su “permanente intervención invasora convertido en instrumento de recentralización” y exige los “derechos nacionales” de las Comunidades Autónomas.

La farsa que delata la deslealtad, mala fe, comedia e ignorancia de quien desconoce u oculta la naturaleza de “legislador negativo” (Hans Kelsen) que define al Tribunal Constitucional en las democracias. Añadan el analfabetismo de quien desconoce u oculta las resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) y 2625 (XXV) en donde la ONU no contempla la posibilidad de «romper o menoscabar, totalmente o parcialmente, la integridad territorial de los Estados soberanos e independientes«. El manifiesto sí anuncia que los nacionalistas han leído a José Antonio Primo de Rivera y su “nacionalismo misional” concebido como “unidad histórica de destino”.

6. La Universitat Politècnica de Catalunya ha recolocado a la vicerrectora de Calidad y Política Lingüística de dicha universidad por haber instado a la violencia en la Diada de 2021. Eso escribió: “¡¡ganas de fuego, de contenedores quemados i de aeropuerto colapsado!!” Su nuevo cargo: subdirectora de Planificación y Prospectiva de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona.

La estupidez que premia el lado tenebroso de la historia.

7. La consellera de Acción Exterior y Gobierno Abierto de la Generalitat de Cataluña ha afirmado, en Washington, que “solo con más democracia” se resolverá “el conflicto entre Cataluña y España”.

La farsa que no oculta las cuatro acepciones del cinismo según el DRAE: desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables; impudencia, obscenidad descarada; doctrina de los cínicos, que expresa desprecio hacia las convenciones sociales y las normas y valores morales; afectación de grosería.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), observa al vicepresidente del Govern y conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (i) durante la segunda jornada del pleno del Parlament. EFE

8. La providencia que obliga al 25 por ciento de horas en lengua vehicular castellana en la escuela ha consolidado el despotismo y el supremacismo victimista del nacionalismo catalán. Sostiene el conseller que la Justicia “rompe la convivencia” y es “intolerable el ataque al modelo de escuela catalana”. La portavoz remata: no es “justo que la petición de un alumno cambie la lengua de todo el centro”.

La estupidez que ha desatado la filosofía del apartheid lingüístico y el discurso de la intimidación olvidando que en una democracia los derechos no se solicitan, se ejercen. A tener en cuenta: la política lingüística del nacionalismo es siempre política identitaria.

9. Un filósofo reclama que se contraten inspectores que “vayan escuela por escuela a ver si se está cumpliendo la inmersión y despedir a todos los profesores que no la cumplan”. A continuación, la Generalitat de Cataluña anuncia que usará los inspectores para fiscalizar el proyecto lingüístico del centro escolar.

La estupidez que delata que la Brigada Político Social del franquismo persiste, 46 años después de la desaparición del dictador, como Brigada Político Lingüística. Ahí está la fotografía de la manifestación contra los ciudadanos que, de acuerdo a la legalidad vigente, piden el castellano en la escuela. Encabezando la manifestación, los líderes independentistas y los secretarios generales de los sindicatos nacionalistas de Cataluña CC.OO y UGT. En el horizonte, una pancarta: “Fuera colonos”. La farsa: algunos miembros del Govern, incluido el conseller de Educación, llevan a sus hijos a escuelas multilingües.

10. El holograma de Bruselas percibe “campañas agresivas y xenófobas contra los hablantes de una lengua minorizada”.

La farsa propiciada por el poder performativo del lenguaje para prescribir la realidad, persuadir y guiar, convertir la palabra en una orden seguida de una acción. La modelización de la consciencia. El Nosotros contra Ellos. La construcción del gregarismo en beneficio de la balcanización. El señalamiento del desafecto. El diseño de un conflicto a la carta en beneficio propio que conduce al desastre. Ese nacionalismo sectario, desleal y pirómano, siempre malhumorado e involucionista.

Pero, ¿de qué estamos hablando?

1. De la estupidez -necedad, torpeza, presunción- que, sacando a colación a André Gluksmann, es incapaz de percibir su equivocación, la exhibe, se recrea en ella y sigue de forma obstinada su lógica (La estupidez, 1988).

2. De la farsa –acción de fingir o aparentar o acción desarreglada y grotesca- que oculta o tergiversa la realidad gracias a la mentira y el engaño, que construye una realidad de acuerdo con los deseos o necesidades del que miente o engaña. Contrario sensu: quien habla del hecho en sí es considerado como un peligroso y destructivo enemigo interior. Mucho de ello hay en Verdad y política (1964) de Hannah Arendt.

Una estupidez y una farsa que están hundiendo al nacionalismo catalán en:

«Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana; y sobre el universo no estoy seguro”.

Albert Einstein

1. La miseria -debilidad, insignificancia, avaricia- que incumple obligaciones y promesas, que falsea la realidad, que miente de forma compulsiva, que engaña a sus fieles seguidores, que no reconoce errores y fracasos, que no asume la responsabilidad y huye cobardemente.

2. La vergüenza –falta cometida o acción deshonrosa- que diseña un único pueblo, que señala y marca al disidente, que segrega y/o extranjeriza al Otro, que coquetea con la xenofobia y el odio.