Como Rusia mantiene la guerra contra Ucrania: urgentes y verdaderas alternativas al gas natural ruso

La UE debe apostar por la tecnología y abandonar medidas populistas para lograr mayor autonomía energética frente a Rusia.

Vladimir Putin ha podido mantener su mortífera guerra contra Ucrania en parte porque sigue vendiendo enormes volúmenes de hidrocarburos a múltiples países.

El contador actualizado del prestigioso Center for Energy Research (CREA) cifra en 1,14 billones de dólares el valor de las exportaciones de hidrocarburos rusos desde febrero de 2022, magnitud parecida al PIB de Arabia Saudita.

Un 68% de los envíos son petróleo crudo y refinado (788.280 millones), 20% gas natural (234.500 millones) y 12% carbón (122.500 millones). La asistencia militar occidental a Ucrania en 2024 fue de 149.300 millones.

En 2024 China adquirió petróleo y gas natural de Moscú por valor de 29.000 millones de dólares. El primer ministro de la India, Narendra Modi, ha consumado su ruptura sustancial con Occidente acogiendo la primera visita oficial de Putin después de 2022.

Según la Agencia Internacional de la Energía, el año pasado India compró 19.000 millones de petróleo y gas natural ruso. China y la India fueron el destino del 42% y 27%, respectivamente, de las exportaciones de hidrocarburos rusos en 2024.

Moscow (Russian Federation), 23/06/2023.- Russian President Vladimir Putin delivers a televised address to the nation in Moscow, Russia, 24 June 2023. Putin said counter-terrorism measures were enforced in Moscow and other Russian regions. The speech came after private military company (PMC) Wagner Group'Äôs chief Yevgeny Prigozhin said in a video on 24 June that his troops had occupied the building of the headquarters of the Southern Military District in Rostov-on-Don, demanding a meeting with Russia'Äôs defense chiefs. Despite not openly mentioning the Wagner Group nor its leader during the speech, Putin described the event as a 'stab in the back' of Russia and its people. (Terrorismo, Abierto, Rusia, Moscú) EFE/EPA/GAVRIIL GRIGOROV/SPUTNIK/KREMLIN POOL MANDATORY CREDIT
Vladimir Putin, en una imagen de 2023. EFE/EPA/GAVRIIL GRIGOROV/SPUTNIK/KREMLIN POOL MANDATORY CREDIT

Turquía, con 5.000 millones, supuso un 8% de las ventas. Los datos de la IEA indican que Brasil (5%) y Sudáfrica (2%) también adquirieron hidrocarburos. Los BRICS y Turquía compraron el 85% de los hidrocarburos rusos. Pero el restante 15% se mandó a la UE.

Del total de exportaciones de hidrocarburos rusos desde 2022, la UE recibió 250.600 millones de dólares, siendo 125.200 millones gas natural, petróleo 123.100 millones y carbón 4.079 millones.

Sólo la supera China con 334.250 millones. Los siguientes mayores destinos en miles de millones son: India 186.430, Turquía 136.250, Alemania 33.290, Hungría 27.410, Corea del Sur 25.690 y Brasil 23.450. España ocupa la decimoctava plaza con 14.040 millones.   

Los gasoductos rusos a Europa 

Durante la Guerra Fría, Moscú empezó a tejer una tupida red de gasoductos desde su territorio a toda Europa. Hasta el hundimiento del comunismo aprovechó que Ucrania y Bielorrusia eran repúblicas soviéticas y los países de Europa oriental obedientes vasallos.

Así se explica la existencia de los gasoductos Druzhba (1964) y Soyuz (1967). Yamal, cuya construcción fue acordada por Rusia, Bielorrusia y Polonia en 1993, entró en funcionamiento en 2006. Respondió al deseo de aportar gas ruso de la península siberiana de Yamal a Bielorrusia, Polonia y Alemania, aislando a Ucrania. Fue un producto del clima de cooperación entre Berlín y Moscú engendrado por la reunificación de Alemania

El despropósito de Yamal se repitió con BlueStream (2002), Nord Stream 1 (2011), Nord Stream 2 (2021) y TurkStream (2020). Reflejan décadas de éxito por parte del Kremlin y Putin en sembrar división en materia energética.

En 2022 existían 24 plantas de regasificación de GNL en Europa. Actualmente sólo hay treinta

Alemania acertadamente paralizó Nord Stream 1 y Nord Stream 2 después de la segunda invasión de Ucrania. Después de cortes parciales por la negativa polaca a pagar en rublos, el Kremlin interrumpió en abril de 2022 el suministro de Yamal.

Druzhba y Soyuz, que cruzan Ucrania, siguieron bombeando un 20-30% de su flujo prebélico hasta el 1 de enero de 2025. Esta circunstancia se debe técnicamente al contrato de 2019 existente entre Rusia y Ucrania, cuya renovación lógicamente no se ha producido.

Pero la lentitud en cerrar los mencionados gasoductos y el hecho de que TurkStream continúa operando al 90% se debe a que Hungría, República Checa, Eslovaquia, Austria, Rumanía, Bulgaria, Eslovenia y Croacia tienen una sustancial dependencia del gas natural ruso. Bulgaria (80% de su consumo), Serbia (60%), Hungría (45%) y Grecia (35%) siguen aprovisionándose de gas ruso mediante TurkStream.

Plataforma de perforacion de gas natural.

Es comprensible en cierta medida que la UE actúe más lentamente al ser una unión de estados soberanos.

Pero la segunda invasión de Ucrania en 2024 debería haber suscitado una respuesta europea más rápida y firme. Las repúblicas bálticas han superado décadas de yugo comunista en materia energética.

La planta de regasificación de GNL de Klaipeda (Letonia) empezó a operar en 2004. A principios de 2025, Estonia, Letonia y Lituania se desconectaron de la red eléctrica rusa gestionada por la empresa Rosseti y se acoplaron a la europea ENTSO-E.  

Vetos de la UE y REPowerEU

En abril de 2023 el Consejo Europeo vetó la compra de carbón ruso, que en 2021 constituyó el 46% del total consumido en la UE.

En junio del mismo año, también presionado por la Comisión Europea, el Consejo prohibió la importación por vía marítima de petróleo crudo o refinado de Moscú, una estipulación que ignoran Hungría y Eslovaquia.

Pero aumentan los envíos de gas ruso a Europa. En 2023 fueron 45.000 millones de metros cúbicos (btm). Ascendieron un 15% en 2024 hasta 51.700 btm, principalmente por las mayores compras de Italia, República Checa y Francia. 

El año pasado los mayores suministradores de gas natural a la UE fueron Noruega (33,4%), Rusia (19%), Estados Unidos (16,5%), Argelia (14,4%), Azerbaiyán (3,8%), Reino Unido (3,5%) y Catar (3,2%).

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

Según cifras de la propia Comisión Europea, en los primeros meses de 2025 las adquisiciones de GNL ruso fueron superiores a las de 2024 y aportaron 4.480 millones de euros a las arcas del Kremlin. 

En marzo de 2022, la Comisión desplegó un ambicioso plan (REPowerEU) para recortar la dependencia del gas natural ruso. Proporcionaba 20.000 millones de euros para ampliar la capacidad de regasificación de LNG e interconexión de redes. Casi cuatro años más tarde el reciente voto del Consejo estableciendo nuevos objetivos cronológicos pone de manifiesto el fracaso de REPowerEU

El 3 de diciembre el Consejo aplazó hasta finales de octubre de 2027 el cese total de importación de gas natural ruso y hasta finales de 2026 de GNL.

Hungría y Eslovaquia votaron en contra y apelarán al Tribunal Europeo de Justicia. Alegan que la medida se aprobó por mayoría cualificada al clasificarse como un tema comercial en lugar de la unanimidad que requiere una sanción contra un país.

Insuficiente despliegue

Pero la actitud rusófila de primer ministro húngaro Viktor Orban y del gobernante partido eslovaco (SMER) es posible porque la UE no ha invertido suficiente en alternativas.

En 2022 existían 24 plantas de regasificación de GNL en Europa. Actualmente sólo hay treinta. La construcción de muchas más era vital para beneficiarse de las exportaciones de GNL de EE UU, Noruega, Catar, Canadá y Australia. Alemania ha erigido tres, mientras que Bélgica, Países Bajos y Reino Unido cuentan con una más. España sigue a la cabeza de Europa con ocho plantas, pero varias (incluyendo la de Barcelona) operan muy por debajo de su capacidad. 

Las unidades flotantes de almacenamiento y regasificación de LNG (Ufar o FSRU en inglés) son una alternativa más económica, móvil y ecológica a las plantas tradicionales.

La UE debe apostar por las tecnologías y empresas que suministran la energía que necesitamos y abandonar el infierno verde

Se han desplegado diecisiete en la UE desde 2022. Sumadas a las seis plantas nuevas han incrementado la capacidad de regasificación anual en 100 bcm.

Las FSRU almacenan el LNG a -162 grados centígrados al igual que las plantas. Pero emplean el calor del agua marina en el proceso de regasificación. Se pueden desplazar, con lo cual es más fácil conectarlas a los gasoductos y redes eléctricas y ayudar a los países sin litoral.

La primera FSRU se diseñó en 2001 entre las empresas El Paso (EEUU), EXMAR (Bélgica) y Daewoo (Corea) y entró en operación en el Golfo de México.

La primera FSRU europea fue un proyecto pionero en 2003 denominado Golar Spirit en Cartagena. La empresa estadounidense Excelerate Energy aportó la tecnología, la noruega Golar LNG el navío y Enagás y Repsol la infraestructura terrestre. Nuestro país evidentemente ha desaprovechado su inicial liderazgo en plantas de regasificación y FSRU.  

UE debe apostar por la tecnología

A la UE no le faltan países suministradores de hidrocarburos.

EE UU es el primer productor mundial de petróleo y gas natural desde 2013. Se convirtió en el mayor exportador de gas natural en 2023, con una cuota global del 24%. Noruega, Reino Unido, Catar, Australia y Canadá son también fuentes seguras.

Europa está rechazando la tecnología para las FSRUs, terminales de regasificación y el fracking que ha convertido a EE UU en el mayor productor mundial de hidrocarburos.

Intereses estatales y de empresas energéticas europeas, pereza institucional y la histeria medioambiental de la izquierda son los responsables de los 216.498 millones de euros en adquisiciones de petróleo, gas natural y carbón ruso desde 2022.

Empresas líderes como Golar LNG (Noruega), Höegh LNG (Noruega), Excelerate Energy (EEUU), BW Group (Noruega/Singapur) y EXMAR (Bélgica) proyectan FSRUs en todo el mundo.

Las sanciones contra empresas que comercian con hidrocarburos rusos están fracasando precisamente por la complejidad del sector. La UE debe apostar por las tecnologías y empresas que suministran la energía que necesitamos y abandonar el infierno verde que impide la movilidad de sus ciudadanos.

Deja una respuesta