La vacuna y el general

La Historia está repleta de actitudes nada ejemplares de hombres poderosos que debían demostrar entereza y generosidad en momentos difíciles

El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villaroya, el 17 de enero de 2021 en un acto en Madrid 1 EFE/FA/Archivo
El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villaroya, el 17 de enero de 2021 en un acto en Madrid 1 EFE/FA/Archivo

La dimisión del Jefe del Estado Mayor de la Defensa y General del aire Miguel Ángel Villarroya, como consecuencia de haberse vacunado antes de lo que establecían los protocolos de las Fuerzas Armadas, está directamente ligada a la exigencia de la sociedad de que un cargo público debe actuar con ejemplaridad.

La dimisión ha sido forzada y provocada por la presión pública y por la suma de pequeños/grandes casos parecidos que salpican a políticos y militares. Sin embargo, la sociedad no debe olvidar que las actuaciones de gente con poder e influencia para obtener la vacuna antes que el resto de la población no es más que una constante en la Historia.

Príncipes, reyes, presidentes de repúblicas, tiranos, emperadores, caudillos, mariscales, altos empresarios o allegados de todos ellos han recibido siempre un trato especial.

Mientras que las plagas destruían las cosechas en el antiguo Egipto y que los súbditos del Faraón morían de hambre, éste seguía comiendo manjares en sus Palacios; y cuando el Titanic se empezó a hundir, fueron los pasajeros que pagaron los camarotes más caros los que tenían prioridad o conseguían sobornar a la tripulación para subir a un bote salvavidas.

La Historia está repleta de actitudes nada ejemplares de hombres poderosos que debían demostrar entereza y generosidad en momentos difíciles.

La forzada dimisión del General Miguel Ángel Villarroya nos sitúa ante una pregunta insidiosa ¿Hay alguien que crea que en España los altos cargos públicos no se están beneficiando de su status para vacunarse antes que el resto de la población?

La repuesta de los políticos es que no lo están haciendo. Y no porque se lo prohíban sus superiores sino porque son conscientes de la importancia de vacunar a otras personas que lo necesitan más que ellos.

Ahora bien, lo que es importante y significativo es la pregunta, más que la respuesta, pues en ella se muestra la honda desconfianza que se tiene en la conducta de aquellos que dirigen las instituciones públicas.

La lista de altos cargos vacunados no dejará de crecer

Muchos ciudadanos se plantean esta pregunta para incidir en una verdad incómoda, pero que se nos revela a lo largo de la Historia: siempre hay un general o un príncipe antes que nosotros.

Antes de vacunar a los ciudadanos, ya se han vacunado altos cargos de Ibsalut, las directoras gerentes de Hospitales de Inca, Manacor y Menorca, la alcaldesa de Molina de Segura, el consejero de Salud de Murcia, un teniente coronel de la Guardia Civil que era el enlace de la Guardia Civil con el Estado Mayor, el alcalde de Riudoms en Tarragona, los alcaldes de los municipios cordobeses de Alcaracejos, El Guijo y Torrecampo, entre otros altos cargos públicos.

La lista no dejará de crecer y la insidiosa pregunta que habita en las mentes de los ciudadanos dejará de ser una insinuación para ser una certeza.