Leire Díez es la España “sanchista”
Desde La Moncloa y desde Ferraz han querido presentar a Leire Díez como una periodista independiente, dedicada a destapar con “particular entusiasmo” las supuestas conspiraciones de la “policía patriótica” contra el PSOE en general y contra el presidente del Gobierno y su familia en particular
Desde La Moncloa y desde Ferraz han querido presentar a Leire Díez como una periodista independiente, dedicada a destapar con “particular entusiasmo” —dicho por ella misma— las supuestas conspiraciones de la “policía patriótica” contra el PSOE en general y contra el presidente del Gobierno y su familia en particular. Y esto lo tenía que explicar la propia Leire Díez en una “rueda de prensa” multitudinaria que le pusieron en bandeja de plata después de presentar su baja voluntaria del PSOE. Una oportunidad perfecta que la “fontanera” tenía que aprovechar y que, visto lo visto, no solo ha desperdiciado, sino que ha supuesto un tiro en el pie de los organizadores de todo este montaje.
Lo que ha quedado claro después de este triste espectáculo es que el PSOE está inmerso en un claro proceso de descomposición que afecta tanto a su cohesión como a su credibilidad. Lo que se había calculado como una operación para salvar la imagen de Pedro Sánchez como víctima de las “cloacas del Estado” se ha desmoronado, y ha puesto en evidencia todos los intereses que enfrentan a una banda de empresarios sin escrúpulos vinculados, a través de un personaje como Leire Díez, a una estrategia política que ha dejado a los socialistas profundamente tocados.
En La Moncloa creían tener controlado el relato y confiaban en que su “fontanera” iba a ser capaz de desarrollarlo limitándose a leer un comunicado que luego la mayor parte de los medios reproducirían, como siempre, sin más análisis. Pero infravaloraron la capacidad de Víctor Aldama para desmontarles el chiringuito. No solo por la mediática irrupción ante los medios, encarándose con la “fontanera”, sino porque desde hace tiempo viene ofreciendo pruebas de que Leire Díez, y otros, forman parte del chirriante engranaje puesto en marcha en Ferraz, bajo la dirección de Santos Cerdán, para hacer creer que hay un complot montado por la “policía patriótica” contra Pedro Sánchez y su familia.
No hay que olvidar que, en el fondo de todo este despropósito, están los casos judiciales que afectan tanto a Begoña Gómez, investigada por presunto tráfico de influencias, como a David Sánchez, imputado también por prevaricación y tráfico de influencias. Además de Ábalos, el fiscal García Ortiz, etc. Por eso, lo más práctico —pensaron en La Moncloa— era embarrar el terreno de juego y pringarlo todo bajo el lodo de una conspiración contra el presidente y su Gobierno.
El problema es que Víctor Aldama, implicado hasta las orejas en todos los casos de corrupción que han aflorado en los últimos tiempos, ha llegado a la conclusión de que el silencio no es una opción. Así que centra todo su esfuerzo en demostrar que el grupo de “fontaneros” del PSOE, ayudados por hombres de negocios y abogados como Javier Pérez Dolset y Jacobo Teijelo, se habría dedicado a contactar con empresarios del mismo pelo para ofrecerles «tratos de favor» a cambio de información contra oficiales de la UCO que investigan a Sánchez y su familia. Como es el caso del teniente coronel Balas.
El problema es que Víctor Aldama, implicado hasta las orejas en todos los casos de corrupción que han aflorado en los últimos tiempos
Está claro que el relato político que se ha querido montar desde La Moncloa ha implosionado por lo que parece ser una guerra soterrada entre empresarios con intereses opuestos. Así se explica el empujón de Dolset a Aldama ante los medios, lo que deja a las claras un conflicto de poder en el que el PSOE, lejos de ser un mero espectador, parece estar profundamente implicado. Esta pelea entre empresarios ha hecho saltar por los aires el discurso de los “sanchistas” y ha generado un nerviosismo incontrolado entre muchos miembros del Gobierno, que tiemblan cada mañana pensando qué nuevo audio o grabación comprometedora saldrá en los medios.
Las explicaciones de la ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, propias más de antiguas parodias de los geniales humoristas “Faemino y Cansado”, erosionan la ya tocada credibilidad de un Ejecutivo que instrumentaliza las instituciones públicas, que son de todos, y las utiliza sin pudor. El discurso de las “cloacas del Estado” es un ejemplo: no han escatimado esfuerzos para usarlo en la movilización de sus bases, pero les ha estallado en la cara cuando se ha visto que es una burda manipulación.
Igual que el circo mediático protagonizado por la “fontanera” que ahora dice haberse dado de baja en Ferraz. Es el síntoma de la descomposición interna que vive el PSOE y que, esperemos, no se extienda al resto de la sociedad. Porque Leire Díez no es una anécdota, es la España de Pedro Sánchez.