Volver de Kiev, reírse de Vox

Los tertulianos de La Plaza conversan sobre el primer aniversario de la guerra en Ucrania, la moción de censura que presentará Vox y la gestión de los fondos europeos

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Capítulos:

00:00 Introducción

11:30 1er aniversario de la guerra en Ucrania

22:00 La moción de censura de Vox

31:00 Últimos coletazos de Olona

40:00 Fondos Europeos

47:20 Despedida

La invasión rusa de Ucrania marca un año en el calendario. Y en el preciso momento en el que se cumplía el aniversario desde que las sirenas antiaéreas empezaron a sonar en Kiev, Pedro Sánchez confirma un salto de calidad en sus promesas de ayuda militar. En 12 meses, España pasa de enviar cascos a comprometerse con tanques Leopard valorados en 1.400 millones.

¿Pero qué está haciendo de verdad Sánchez en Kiev? ¿Tensar más la cuerda con Podemos? ¿Proyectarse como empleable a nivel internacional? Sus promesas tienden a desinflarse siempre, particularmente las que hace a Ucrania y la OTAN, en cuenta cruza la frontera de retorno a España en su Falcon.

De momento, lo único factual es que ha dado más explicaciones sobre el asunto en el Parlamento ucraniano que en el español. Así que este episodio de ‘La Plaza, con Juan García’ arranca su disección semanal de la actualidad con esta trágica efeméride e intentando dar lógica a la visita de Sánchez.

Un Sánchez que cuando vuelva a su despacho monclovita topará con los titulares que narran como un venerado nonagenario, el profesor Tamames, defenderá finalmente la moción de censura que presentará Vox. La registrará el lunes. Y se votará cuando Sánchez quiera, que para eso está la presidenta del Congreso.

Por ahora, el calendario que se presiente ya juega a su favor. Tras el previsible follón (otro) que se montará en la coalición por el 8-M, nada mejor para recuperar puntos de popularidad que una moción de censura de la ultraderecha cuyo líder, además, se oculta bajo un candidato sin ninguna posibilidad de ser investido.

Sánchez con respetar a Tamames ya saldrá victorioso. Se recreará en los minutos de gloria que le regalará Vox para crecerse ante un Alberto Núñez Feijóo ausente por obligación (y casi que por recomendación) y frente a un Santiago Abascal errático.

Cierto es que el frío fustiga el tramo final de la semana, pero el lunes amaneció en Madrid con unos agradables 19 grados. Nada que ver con la sosa Bruselas y su peor clima y comida. Quizá eso explique la superpoblación de eurodiputados en la capital española de estos días.

Unos venían a buscar 11.000 millones de euros en fondos europeos que se han dispersado en silencio sin dejar ni rastro gracias al mastodóntico tramado administrativo español. Otros quisieron comprobar lo avanzada que era la ley del “sí es sí” de la que Sánchez presumía hasta en Egipto.

El fiasco ha sido morrocotudo. Pero que nadie se emocione: España sigue igual.