Esa desconocida llamada von der Leyen 

Ursula von der Leyen dijo en el debate entre candidatos a presidente de la comisión europea que está dispuesta a pactar con los conservadores (ECR) y alabo las políticas de Giorgia Meloni 

Empezó la campaña europea y, como ya viene siendo costumbre, el circo electoral se abrió con una encuesta del CIS perfecta para Sánchez, con él de ganador y los partidos de centro derecha, que pueden dividir a la oposición, obteniendo todos representación electoral: Alvise, Cs, VOX, etc.

El escenario, si se diera, sería un sueño para Sánchez, así que el presidente y su druida demoscópico aplican esa máxima de que un buen titular pase por encima de la verdad. El gran error que se comete, no solo en España, sino en todos los países de la UE, es interpretar las elecciones europeas como lo que los norteamericanos llaman midterm y votar en clave nacional y no comunitaria.  

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. Foto: EFE/EPA/RONALD WITTEK

Casi nadie lo sabe, pero al votar por un partido se está votando por un candidato a presidente de la Comisión. El jueves pasado, los candidatos al puesto más importante en la Unión celebraron un debate que casi nadie siguió.

Ursula von del Leyen es la candidata a la que se apoya si se vota al PP; Nicolas Schmit es el candidato en caso de votar al PSOE; Sandro Gozi es el candidato liberal para aquellos que voten Cs o la coalición encabezada por el PNV; Walter Baier es el candidato de los votantes de Sumar y Podemos; y Terry Reintke lo es para los votantes de la candidatura Ahora Repúblicas (ERC+Bildu+BNG). El grupo conservador, donde se encuadra VOX, no ha designado candidato a presidente de la Comisión.     

La política europea no es una cosa de derechas o izquierdas, sino de qué grupos políticos están a favor de profundizar en la integración europea y cuáles son partidarios de que el poder preminente siga residiendo en los países miembros y no en Bruselas.

A lo largo de todo el siglo XX, los tres primeros partidos del parlamento: populares, socialistas y liberales han sido también partidarios de la cesión de soberanía y los partidos situados en los corners de la cámara, por motivos opuestos, han apostado por el mantenimiento del poder en los gobiernos de los estados.

La izquierda porque es contraria a la globalización y la derecha porque cree en las identidades nacionales, aunque a diferencia de la izquierda si apuesta por el libre mercado.     

Con Sánchez lanzado a abrazar a palestinos sanguinarios y a fotografiarse con peronistas que han arruinado Argentina, muy pocos prestan atención a lo verdaderamente importante y que no es otra cosa que Von der Leyen, que dijo en el debate entre candidatos a presidente de la comisión europea que está dispuesta a pactar con los conservadores (ECR) y alabo las políticas de Giorgia Meloni, líder de este grupo en el que también milita VOX.  

La política europea no es una cosa de derechas o izquierdas, sino de qué grupos políticos están a favor de profundizar en la integración europea

Afirmaba en una entrevista reciente Pablo García-Berdoy, ex representante de España ante la UE, que “España ha perdido peso en la  UE y se juega mucho en la nueva legislatura”. Efectivamente, para la España sanchista que los conservadores ganen peso y puedan alcanzar, como algunas encuestas auguran, la tercera posición en la cámara de Bruselas, en perjuicio de los liberales, es una mala noticia para el gobierno español.

Sánchez llamó nazi en sede parlamentaria al jefe de filas del PPE, el bávaro Manfred Weber, compañero de Von der Leyen y ha insultado sin parar a los conservadores llamándoles ultraderechistas, fascistas, homófobos, etc.  

Tras haber sembrado tantas enemistadas, haber levantado tantos muros -muy del gusto de Pedro Sánchez- y haber creado un clima tan irrespirable si Europa abandona los pactos centrales propios de las últimas dos décadas o incluso si el Partido Popular Europeo tiene la posibilidad de pactar tanto a su izquierda como a su derecha, Sánchez saldrá de estas elecciones debilitado y con su debilidad España pasará a ocupar un papel aún más irrelevante.