Bruselas denuncia el colapso de la vivienda en España: precios altos, oferta escasa y trabas sin fin
La Comisión Europea alerta de una crisis habitacional en España, marcada por alquileres asfixiantes y vivienda social escasa
Se construyen menos de 8.500 viviendas protegidas al año.
Comentarios
La Comisión Europea ha sacado los colores a España por un problema que lleva años enquistado: la falta de vivienda asequible. En su ‘2025 Country Report – Spain‘, Bruselas alerta de un déficit de 600.000 viviendas y reclama medidas urgentes para desbloquear un mercado que, lejos de enfriarse, sigue subiendo en temperatura y en presión social.
El informe no se anda con rodeos. Habla de una situación que «afecta a la renta disponible de los hogares, la equidad social y la movilidad laboral«. En otras palabras: vivir se ha vuelto demasiado caro, y buscar casa en España se parece más a una carrera de obstáculos que a un derecho básico.
Uno de los datos más demoledores lo pone sobre la mesa el propio Banco de España: cuatro de cada diez inquilinos destinan más del 40% de sus ingresos al pago del alquiler y suministros.
En Europa, la media está en el 27%. Mientras tanto, la vivienda social apenas representa el 1,5% del parque total, frente al 9% en la UE. Bruselas lo dice sin eufemismos: «la escasa oferta está tensionando el mercado«.
¿A qué se debe esta escasez? Según la Comisión, hay varios factores en juego. El auge del alquiler turístico ha restado viviendas al mercado residencial, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga. Pero el problema no es solo Airbnb.
La falta de obra nueva, los cuellos de botella administrativos y la lentitud de las licencias urbanísticas están estrangulando el ritmo de construcción.
La reforma de la ley del suelo, prometida desde hace tiempo, sigue sin materializarse. Bruselas pide su aprobación inmediata para «reducir tiempos de tramitación, aportar estabilidad regulatoria y eliminar trabas innecesarias«.
Además, apunta a otro frente olvidado: la falta de mano de obra en el sector. Más del 50% de las empresas de construcción no encuentran personal cualificado, un problema que frena cualquier intento de acelerar el ladrillo.
Vivienda industrializada, solución del Gobierno
Como respuesta, el Gobierno ha puesto en marcha un PERTE específico para industrializar y digitalizar la construcción, apostando por la sostenibilidad.
Una buena iniciativa, reconoce el informe, pero insuficiente si no va acompañada de una estrategia integral que incluya más suelo público, financiación y ejecución real.
Mientras tanto, los jóvenes no pueden emanciparse, las familias buscan alternativas imposibles y el alquiler sigue subiendo como si viviera en otra economía.
Bruselas advierte que no solucionar este problema no solo tiene un coste social, sino también económico. La falta de casas frena el crecimiento, impide atraer talento y acaba convirtiéndose en un lastre para la competitividad del país.
En resumen, Europa ha hablado: España necesita menos promesas y más ladrillos. Porque mientras se discute sobre reformas, la vivienda sigue siendo un muro infranqueable para millones de personas.
