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Los recursos de gas no convencional en España son equivalentes a 39 años de consumo

Los ingenieros de minas ven más ventajas que inconvenientes en el ‘fracking’

El gas no convencional, también conocido como gas de pizarra o shale gas, es una oportunidad para que España reduzca su alta dependencia energética. Según un informe del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, España cuenta con recursos suficientes para cubrir el consumo de gas natural de 39 años.

“Comparado con EEUU, la cantidad es modesta. En total son unos 50 trillones de pies cúbicos, pero no se puede desaprovechar esta oportunidad”, señala Fernando Pendás, coautor del informe y catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Oviedo.

Impacto positivo económico

En España se importa el 99% de los hidrocarburos consumidos. En 2011 la factura derivada de la importación de productos energéticos (petróleo, gas y carbón) ascendió a 56.000 millones de euros, aproximadamente el 5% de PIB.

Poner en marcha la producción de gas no convencional tiene el beneficioso doble efecto de mejorar la balanza de pagos y la creación de miles de puestos de trabajo. “Además, se conseguiría reducir bastante el precio que se paga por el gas natural”. En EEUU disponen de gas al 20% de lo que se paga en Europa gracias a la implantación de esta industria.

Aún por explorar

España es un país aún por explorar en materia de hidrocarburos. Cada vez son más las empresas extranjeras y nacionales que muestran interés por extraer recursos no convencionales. En los últimos cinco años el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y algunas comunidades autónomas han otorgado más de 70 permisos exploratorios y unos 40 están pendientes de adjudicar, de los cuales la mitad son con la tecnología del fracking o fracturación hidráulica.

Uno de los grandes problemas que se encuentran las empresas a la hora de explorar o producir gas no convencional en España es la opinión pública. Los detractores de esta industria se han volcado para paralizar los proyectos, incluso lo han conseguido como es el caso de Arquetu, en Cantabria. También hay empresas que han renunciado a los permisos. Así ha ocurrido en el caso de Porcuna, en Jaén o en algunas cuencas mineras del Norte (León y Asturias).

Segura como otras

Los autores del informe han señalado que la tecnología del fracking está madura y que los riesgos para el hombre y el medio ambiente son iguales que los de cualquier otra industria transformadora. “El sistema en sí es seguro”, señala Ángel Cámara, decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro de España y autor del informe.

Para obtener gas no convencional se necesita agua (99,5%) y aditivos (0,5%). Según el informe, la tecnología ha reducido considerablemente el uso del agua (se reutiliza). Además, se consigue aislar los acuíferos de los pozos de extracción. Los aditivos, en su mayoría compuestos químicos, son de uso común en otras industrias como la alimentaria, la farmacéutica o la automovilística.

El error humano

Los riesgos existen pero pueden ser prevenidos y mitigados mediante una gestión eficiente y respetuosa con el medio ambiente, dice el informe. Dentro de esta gestión, el factor humano es fundamental. “Las malas prácticas nos llevarían a contaminación de los acuíferos exteriores y subterráneos”, señalan los catedráticos. A pesar de ello, han insistido en que el sistema es seguro. Además, los riesgos sísmicos o de radiactividad son prácticamente nulos.

El informe se hará llegar al Ministerio de Industria, Energía y Turismo para que conozca en profundidad este sistema, las ventajas e inconvenientes y cómo podría repercutir en la economía española. El ministro José Manuel Soria se ha posicionado en varias ocasiones a favor de dar licencias de exploración de hidrocarburos para reducir la alta dependencia energética.

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