El Constitucional da la razón a una proetarra en plena pugna con Otegui

El máximo tribunal ampara a Garazi Rodríguez que denuncia haber recibido torturas y tratos vejatorios tras su detención por pertenecer a Segi

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La izquierda abertzale ha ganado su último pulso judicial contra la policía a raíz de los malos tratos denunciados por Garazi Rodríguez, que fue detenida en 2009 por pertenecer a Segi, una asociación que persigue los mismos fines que ETA, según el exjuez Baltasar Garzón, y que fue la «cantera de ETA» según el exministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba.    

Rodríguez ha salido victoriosa ante el Tribunal Constitucional que ha recriminado que ni la policía ni la justicia hayan garantizado una custodia con plenas garantías y sin agresiones.    

El máximo tribunal del país ha ordenado ahora a los tribunales inferiores la revisión del caso de Garazi Rodríguez que había denunciado a la policía por haber recibido patadas y golpes tras su detención en su domicilio el 23 de noviembre de 2009. También aseguró que fue obligada a desnudarse sin motivo frente a los policías que la interrogaban.  

La activista por la independencia del País Vasco relató con detalle las agresiones de las que supuestamente fue víctima.  

«Me ordenó que me pusiera de cuclillas, con la cabeza hacia abajo y las manos detrás del cuello. En esa posición pasé mucho tiempo en ese interrogatorio, así  como los días siguientes. Estando en dicha posición, constantemente me  amenazaban e insultaban chillándome, me decía a grito limpio al oído, «puta»,  «comepollas», «fea de mierda», «asquerosa» y cosas similares. Al permanecer bastante tiempo en esa postura, me empecé a caer e inmediatamente me ordenó que me levantara, mientras me propinaba patadas en las piernas».  

Archivo precipitado  

El Tribunal considera que las denuncias fueron archivadas de forma precipitada. Tanto los tribunales inferiores como el Ministerio Fiscal desestimaron las quejas de la activista abertzale porque no denunció malos tratos de inmediato. La mujer asegura que la demora se produjo por temor de que los policías, que aún la custodiaban, tomaran represalias contra ella.  

El Constitucional no acredita las agresiones denunciadas, pero asegura que, ante las denuncias de tortura, «no se produjo una investigación exhaustiva y eficaz». «Aunque se emprendió prontamente la investigación judicial y tuvo cierto contenido, se clausuró cuando existían aún medios de instrucción disponibles para continuar con la investigación sobre la realidad de los hechos denunciados», concluye el alto tribunal.  

La denunciante asegura que «nunca volvió a ser la misma» desde aquella detención. Se siente una víctima política, al igual que otros miembros del entorno independentista y que, en su momento, pertenecieron o simpatizaron con la banda terrorista. 

Ahora, la izquierda abertzale celebra la victoria judicial en unas fechas decisivas en las que los tribunales se tendrán que pronunciar sobre si Arnaldo Otegui, condenado por pertenencia a banda armada y enaltecimiento del terrorismo, puede ser candidato a las elecciones autonómicas vascas del próximo 25 de septiembre.

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