Hacienda despeja dudas sobre Bizum: no vigilará los pagos entre particulares
Hacienda sale al paso de los bulos y garantiza que los envíos de dinero entre particulares seguirán al margen del control fiscal
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero
La popularización de Bizum como medio de pago cotidiano ha generado en los últimos meses una creciente inquietud entre los ciudadanos. Mensajes reenviados por redes sociales y publicaciones en algunos portales digitales advertían de un supuesto control exhaustivo por parte de la Agencia Tributaria sobre los envíos de dinero entre particulares. Ante este escenario de confusión, el Ministerio de Hacienda ha salido al paso para aclarar de forma tajante que los pagos realizados entre particulares no serán objeto de supervisión fiscal específica.
Desde el departamento que dirige la política tributaria en España se insiste en que no existe ningún cambio normativo que afecte a los usuarios privados de Bizum, es decir, a quienes utilizan esta herramienta para enviar o recibir dinero entre amigos, familiares o conocidos sin una actividad económica detrás. El objetivo del comunicado oficial es frenar lo que califican como interpretaciones erróneas que han generado alarma innecesaria entre los contribuyentes.
La aclaración llega en un momento clave, cuando el uso de pagos instantáneos a través del móvil se ha convertido en una práctica habitual. Bizum ya no se limita a dividir una cena o devolver un favor, sino que se ha integrado en la vida diaria de millones de personas. Precisamente por eso, Hacienda ha querido marcar una línea clara entre el ámbito privado y el profesional, evitando que se confundan obligaciones fiscales que solo afectan a empresarios y autónomos.
Qué es lo que realmente controlará la Agencia Tributaria
El núcleo del comunicado del Ministerio se centra en explicar a quién va dirigida la nueva obligación informativa que entrará en vigor a partir de 2026. Según Hacienda, las entidades financieras deberán remitir datos únicamente sobre la facturación que se genere mediante Bizum cuando el receptor del dinero sea un empresario o profesional que utiliza este sistema como medio de cobro.
En este sentido, la Agencia Tributaria no recibirá información operación por operación, ni tendrá acceso a los envíos individuales entre usuarios privados. Lo que se comunicará será un importe global mensual, acumulado, correspondiente a la actividad económica de quienes ofrecen bienes o servicios y cobran a través de Bizum. Esta distinción resulta clave para entender que no se trata de un control masivo sobre la ciudadanía, sino de un refuerzo de la supervisión sobre actividades económicas ya sujetas a impuestos.
Hacienda recalca que esta medida se enmarca en el proceso de adaptación del sistema fiscal a los nuevos medios de pago digitales, que cada vez sustituyen más al efectivo y a otros instrumentos tradicionales. El objetivo es evitar situaciones de competencia desleal y asegurar que los ingresos profesionales se declaran correctamente, con independencia del canal por el que se cobren.
Los particulares quedan fuera del radar fiscal
Uno de los mensajes más contundentes del comunicado es que los cobros entre particulares quedan expresamente excluidos de estas obligaciones informativas. Esto significa que enviar dinero a un hijo, recibir una transferencia de un amigo o compartir gastos con compañeros de piso no genera ninguna comunicación automática a Hacienda por el simple hecho de usar Bizum.
El Ministerio subraya que no se vigilan los movimientos privados, ni existe un umbral de control específico para estas operaciones. Las alarmas que apuntaban a supuestos límites de cantidad o a inspecciones automáticas carecen de base legal, según Hacienda. El uso de Bizum por parte de ciudadanos sin actividad empresarial sigue rigiéndose por las mismas normas fiscales de siempre.
Eso sí, la aclaración no implica que desaparezcan las obligaciones tributarias ya existentes. Si una persona recibe una donación relevante o un ingreso que no puede justificar, deberá declararlo conforme a la normativa vigente, igual que ocurriría si ese dinero llegara por transferencia bancaria o en efectivo. Bizum, en este caso, no cambia las reglas del juego, solo el medio por el que se mueve el dinero.

Qué información comunicarán los bancos y cuándo
Las entidades financieras jugarán un papel central en este nuevo sistema informativo, pero siempre limitado al ámbito profesional. A partir de febrero de 2026, los bancos y proveedores de servicios de pago enviarán a la Agencia Tributaria información mensual correspondiente a la facturación de enero de ese mismo año realizada por empresarios y autónomos a través de Bizum o sistemas equivalentes.
Entre los datos que se remitirán figuran la identificación del profesional o comercio, el número o código con el que opera en el sistema, los terminales o medios de cobro asociados, el importe total facturado en el mes y las cuentas bancarias en las que se ingresan esos cobros. No se incluirá el detalle de cada pago individual ni la identidad de los clientes particulares que realizaron los envíos.
Este modelo de comunicación busca simplificar el control fiscal sin invadir la privacidad de los usuarios finales. Hacienda considera que la información agregada es suficiente para detectar posibles inconsistencias entre ingresos declarados y actividad real, sin necesidad de analizar cada transacción.
Un paso más en la digitalización del control tributario
La aclaración sobre Bizum se inscribe en un contexto más amplio de modernización de la Agencia Tributaria, que en los últimos años ha reforzado el seguimiento de los flujos económicos digitales. Plataformas de pago, comercio electrónico y servicios online forman ya parte del ecosistema habitual de supervisión fiscal, siempre con el foco puesto en las actividades económicas.
Desde Hacienda insisten en que el ciudadano medio no debe sentirse vigilado por usar aplicaciones de pago, ya que el control se dirige a quienes obtienen ingresos profesionales de forma recurrente. El mensaje oficial busca transmitir tranquilidad y confianza en un momento en el que la digitalización genera, a menudo, desinformación y temores infundados.
En definitiva, el Ministerio quiere dejar claro que Bizum sigue siendo una herramienta segura y privada para los particulares, y que las nuevas obligaciones informativas no suponen un cambio en la forma en que los ciudadanos deben gestionar sus pagos cotidianos. La fiscalidad, recuerdan, no persigue el medio de pago, sino la existencia de una actividad económica sujeta a impuestos.
Con este comunicado, Hacienda intenta cerrar un debate que había ganado ruido mediático y devolver la discusión a su cauce real: el control de la economía profesional, no la vigilancia de las relaciones personales. Para millones de usuarios, el mensaje es claro: usar Bizum entre particulares no implica estar bajo el foco del fisco.