El PP sentencia la apuesta por ‘España Suma’

Dirigentes del PP asumen el fracaso de la alianza con Cs y descartan reeditarla en la próxima cita electoral a la vista: Cataluña

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El que debía ser el gran proyecto de reconstrucción del espacio de centro-derecha mediante la coalición, incluso la fusión, de PP y Ciudadanos está sentenciado.

Aquello que el PP bautizó como España Suma con el propósito de atraer a Cs a una sola marca electoral está «herido de muerte», según asumen dirigentes populares después del pobre resultado logrado este domingo por PP+Cs en el País Vasco (5 diputados que, con suerte, se convertirán en 6 este viernes si el voto del extranjero permite a los constitucionalistas arrebatar un escaño a Bildu en la provincia de Vizcaya).

Diferentes fuentes del PP consultadas por Economía Digital coinciden, en todo caso, en que las alianzas electorales con Cs tienen ahora «muy, muy difícil recorrido» y dan prácticamente por imposible una reedición de esta fórmula electoral. Ya en mayo hubo voces del PP que subrayaron que las alianzas con Cs estaban «muy tocadas» tras el viraje de Cs en busca de acuerdos con el PSOE.

«Hemos pasado de 9 a 5 escaños en el País Vasco. Es un resultado malo, por no poner más adjetivos. Y lo hemos hecho de la mano de un aliado, Ciudadanos, que resulta que aspira a ser el socio prioritario del PSOE. Es muy difícil no verlo como una traición y más difícil todavía pensar en mantener una alianza electoral con alguien que quiere pactar con quien le da la gana», analiza un dirigente del PP.

Otro dirigente coincide en que, en efecto, «es muy difícil» proyectar en estos momentos una nueva alianza de PP+Cs pensando en la próxima cita electoral a la vista: la de Cataluña, todavía sin fecha (aunque una de las que se maneja es la del 4 de octubre). 

Matar a Alonso antes de tiempo

En todo caso, los dirigentes del PP exculpan a la dirección nacional de una circunstancia inesperada. «Cuando firmamos el acuerdo para la coalición con Ciudadanos era el mes de febrero. No sabíamos en ese momento que Cs iba a hacer dos meses después un viraje hacia el PSOE ni que iba a firmar todo tipo de acuerdos con los socialistas. A partir de ahí, la situación se complicó mucho», explican los populares.

Pero la coalición PP+Cs siguió su camino contra viento y marea. «Hemos hecho este experimento en el peor sitio posible y en el peor momento posible. La dirección apostó muy fuerte para sacar la fórmula de PP+Cs adelante y acabó forzando el relevo de Alfonso Alonso, que era un sorayista, por Carlos Iturgaiz. ¿Y quién queda como el responsable del resultado? Pues Alfonso Alonso no, eso está claro, y probablemente era el idóneo para asumir un mal resultado y reiniciar el proyecto con un nuevo equipo. Y Génova, pues sí que aparece como responsable de toda esta situación», consideran voces del PP.

El papel de García Egea

Hay quien señala a un gran responsable de toda esta operación de PP+Cs en el País Vasco que no es Pablo Casado, sino el secretario general, Teodoro García Egea. «Él ha sido el gran estratega de todo esto y lo único que ha conseguido es debilitar a Casado. Puede tener la tentación de hacer que otro trague con el mochuelo, pero es pronto para verlo. Veremos», dice un dirigente.

¿Se pueden producir entonces algunos cambios en el PP? En el comité ejecutivo del PP predomina la opinión de que es «improbable». «No podemos engañarnos. El partido en el País Vasco está hecho un solar. Y no se trata de las provincias de Guipuzcoa y de Vizcaya, es que también está sin cimientos en Álava, que es nuestra demarcación más natural. No hay ninguna herencia de Alfonso Alonso en este sentido y este análisis hay que hacerlo para interpretar el resultado del domingo. En el País Vasco hay que partir prácticamente de cero», dice un dirigente.

Luego, hay otra serie de circunstancias que son difíciles de combatir: «Yo me he encontrado con gente que me dice que nos votan en las generales, pero que en las autonómicas votan al PNV para que no gane Bildu. Ese fenómeno también está ahí».

Pero la explicación de lo ocurrido es, en realidad, más complejo: «Tenemos a mucho electorado en casa. Y tenemos a una parte del electorado refugiado en Vox (17.500 votos este domingo). Esto hay que asumirlo».

La no-amenaza de Feijóo a corto plazo

Sea como fuere, el entorno de Casado no considera que el resultado del País Vasco tan desastroso como consideran muchos medios, debido al peso de algunos de los condicionantes expuestos y, por tanto, descartan que los 5 diputados obtenidos vayan a provocar terremoto alguno en el partido.

Tampoco la victoria aplastante de Alberto Núñez Feijóo en Galicia es interpretada como amenaza alguna. «Feijóo es un tío listo. Se va a mantener en su sitio y no va a abrir ninguna batalla. Va a quedarse en la Xunta gestionando lo suyo y viendo el panorama. Si ve que hay opciones o que le vienen a buscar, pues a lo mejor se mueve. Pero eso no va a ser a corto plazo. Sabe que moverse ahora provocaría una división enorme en el partido y aquí todavía quedan heridas por cerrar», dicen en el PP.

Así las cosas, Casado se siente con suficiente margen para seguir a los mandos del PP sin tener que afrontar ninguna rebelión interna. Sabe que el partido debe reconstruirse en el País Vasco, pero no pestañea más de la cuenta porque le quedan cuatro años de trabajo. Suficientes para enterrar y desenterrar las veces que haga falta la apuesta de coaligarse con Cs. Hoy, hay que decir, está bajo tierra.

 

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