El viraje al realismo de los partidos independentistas choca con sus bases

El intento de ERC de explicitar la renuncia a la vía unilateral, frustrado por su militancia, evidencia los problemas del soberanismo para resituarse

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ERC y Pdecat tienen un problema. Los partidos independentistas tratan de volver a planteamientos realistas, pero la sobreexcitación a la que han sometido durante años a sus militantes y simpatizantes y las consecuencias incluso penales que afrontan algunos de los líderes soberanistas complican esa reinvención de un relato que ya no puede basarse en planteamientos unilaterales y cortoplacistas. 

El ejemplo más flagrante es el intento de ERC de explicitar su renuncia a la vía unilateral, frustrada por sus propia militancia. Los de Oriol Junqueras someterán a votación en la conferencia nacional que celebran el próximo fin de semana una ponencia política que pretendía formalizar su renuncia a la vía unilateral, al menos a corto y medio plazo.

1.451 enmiendas

Pero sus bases han forzado a la dirección del partido a retocar el texto, que ha sido objeto de 1.451 enmiendas, más del triple de las que recibió la ponencia de la anterior conferencia nacional del partido, celebrada en 2013.

La ponencia, que fija las bases estratégicas de la acción política de la formación, explicitará finalmente que Esquerra «no renuncia a ninguna vía democrática y pacífica» para conseguir la independencia. Y eso incluye tanto la negociada como la unilateral, claro.

Aunque, más allá de esa referencia para apaciguar a las bases, el planteamiento sigue siendo, como en el primer borrador, el de asumir que el 1-O no se tradujo en el advenimiento de una república catalana y que el independentismo necesita «ser más fuerte», es decir, seguir aumentando su peso demográfico y electoral.

Ponsatí, sin pelos en la lengua

Los retoques en la nueva guía estratégica de Esquerra coinciden con unas nuevas declaraciones de la ex consellera Clara Ponsatí, que, 15 días después de haber dicho que el Govern de Carles Puigdemont iba «de farol» en su pulso con el gobierno de Mariano Rajoy, ha vuelto a sacudir el árbol.

ERC y Pdecat, dice Ponsatí, «están muy ocupados» en la batalla por «sus espacios» y «sus nóminas»

Entrevistada en Eldiario.es, Ponsatí, expatriada en Escocia, admite que el independentismo fue derrotado tras el 1-O y que tampoco supo gestionar la victoria de las elecciones del 21D, y se muestra escéptica con la posibilidad de recuperar la unidad del soberanismo porque ERC y Pdecat, dice, «están muy ocupados» en la batalla por «sus espacios» y «sus nóminas».

En la entrevista, Ponsati reconoce que, entre el independentismo, la postura de cerrar la etapa del procés y volver a gobernar en clave autonomista a la espera de otra oportunidad es «seguramente la más extendida», pero también que no se la ha escuchado «verbalizar de forma explícita a nadie». 

Retórica inflamada

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha hablado ya en varias ocasiones de generar un nuevo impulso, o momentum, según su propia denominación, y ayer lunes insistía en buscar la oportunidad de un nuevo 1-O. Pero no precisa si ese es su objetivo a corto, medio o largo plazo. Y la CUP ya ha denunciado que no ve hechos que la sustenten tras la retórica aún inflamada en la que se apoyan el ejecutivo de Torra y sobre todo el sector puigdemontistas de Junts per Catalunya.

De hecho, pese a que tanto el Pdecat como el propio Govern insisten en ir apuntando que el diálogo entre Torra y Pedro Sánchez tiene que versar sobre el derecho a decidir, lo cierto es que las primeras exigencias que se deslizan hacia el presidente del Gobierno giran en torno a la situación de los líderes independentistas presos.

El intento más cristalino hasta ahora de explicitar ese regreso al realismo político ha sido la propuesta de ponencia de Esquerra

El intento más cristalino hasta ahora de explicitar ese regreso al realismo político que ya se ha dado de facto pero que no se verbaliza como tal ha sido la propuesta de ponencia de la dirección de Esquerra, a la que sus bases han obligado a rectificar. El independentismo sabe lo que hay y dónde está ahora mismo. Cosa distinta aún para muchos es transigir hasta el punto de admitirlo.

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