Junqueras pone a Mas contra las cuerdas para que celebre el 9N

El President busca con ERC y la CUP alguna brecha legal, pero todos, junto a ICV, le piden que "tome ya una decisión"

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Caras de circunstancias. Enfado. Contrariedad. Los dirigentes de los partidos pro consulta se reunieron este jueves con el President Artur Mas en el Palau Robert de Barcelona. Y no alcanzaron ningún acuerdo. O tal vez sólo uno: continuar ganando algo de tiempo, buscando con la ayuda de un ejército de juristas una brecha legal que permita celebrar la consulta soberanista del 9 de noviembre, aunque esté suspendida por el Tribunal Constitucional.

Mas ha comprobado que puede ser un rehén de sí mismo. Y que la presión de Esquerra Republicana es ya intensa, clara, y sin subterfugios. En la reunión Esquerra, pero también ICV, y la CUP le reclamaron a Mas que «tome ya un decisión», que podría llegar la próxima semana.

El President tiene algunas cartas que sólo dependen de él, como la convocatoria de unas elecciones anticipadas, pero Mas prometió que el 9N los catalanes podrían votar. Y ahora ve que es casi imposible, y que plantear una alternativa, –a medio camino entre las consultas municipales como la de Arenys de Munt en 2009 y un referéndum de autodeterminación, que era el objetivo—sería caer en el ridículo, algo que él mismo se ha comprometido a no hacer.

Un partido con un solo equipo en el campo

¿Por qué razón? Fuentes nacionalistas, de Convergència, admiten que el problema de una consulta sucedánea sería la participación. El otro equipo, el que no quiere la independencia, no se movilizará, porque la consulta no es legal. Entonces, ¿qué sentido tiene jugar un partido con un solo equipo? “Lo único que se podría demostrar es el descontento de una gran parte de la sociedad catalana”, se afirma.

¿Pero, qué pasa en estos momentos? ¿Qué puede hacer Mas, el President que se ha situado en un aparente callejón sin salida?

Esquerra no quiere jugar con la consulta. Se lo ha tomado muy en serio, y desconfía de una posible marcha atrás de CiU. La presión de Oriol Junqueras al President Mas es enorme, pero es conocida. «Junqueras no ha engañado a nadie en ningún momento», aseguran fuentes nacionalistas.

Una consulta «con todas las consecuencias»

Quiere la consulta como se había planteado, sin alternativas. Fuentes de Esquerra aseguran que ahora no se puede desaprovechar la fuerza de la sociedad catalana. Y que si Mas sigue adelante, “con todas las consecuencias”, se podría producir un “clic”, un cambio, que el Gobierno español no estaría en condiciones de parar.

Por ello, Mas se ha obligado, –aunque en CiU no todos lo ven así, y algunos dirigentes ya querrían que se dejara constancia de que el 9N no se votará–, a buscar todas las posibilidades legales. Y, por ello, en la reunión de este jueves no se adoptó, todavía, ninguna decisión. Él mismo aseguró que lo hará la próxima semana.

Lista unitaria

Mas quiere el compromiso de Junqueras de que podrá encabezar una lista unitaria, y en ese momento convocaría elecciones anticipadas. Pero Junqueras no acepta esa petición. Sólo lo haría “si, después de hacer todo lo posible, todo lo posible, el Gobierno español impidiera la consulta en el último extremo”, aseguran las mismas fuentes. Y siempre, además, que en esa lista unitaria fueran todas las fuerzas políticas pro consulta.

Esa es una petición que CiU sabe que no puede satisfacer. Porque ni ICV-EUiA ni la CUP la aceptarían. Y porque CiU tampoco quiere de socios en una lista a las dos fuerzas de izquierda. Además, ICV-EUiA quiere bajarse ya del autobús independentista. Ha llegado ya demasiado lejos.

La primera petición sí puede tratar de aceptarla. Mas insistirá en celebrar la consulta. Además existe una circunstancia: el Gobierno español, según fuentes conocedoras de sus movimientos, desea que el Tribunal Constitucional dicte la sentencia sobre la ley de consultas y el decreto de convocatoria del 9N antes de esa fecha. Y lo puede conseguir, aunque ahora se vea imposible. En ese caso, Mas diría que hizo todo lo posible y que llegó hasta donde pudo.

Mas comienza a valorar llegar a 2016

Pero la clave es esa lista unitaria. Por ello, según fuentes nacionalistas, si Mas no la alcanza, si ve que es del todo imposible, no convocaría elecciones. Y esperaría algunos meses, en los que aparecerían las contradicciones y los reproches mutuos. Gobernaría con los apoyos que encuentre –el PSC ya se ha brindado—e, incluso, trataría de llegar a 2016. A Esquerra, después de la gesticulación, también le podría ir bien, porque estaría encaramada en el poder territorial que le otorgarán las elecciones municipales de mayo de 2015.

¿Imposible? Junqueras ha puesto a Mas contra las cuerdas, y la presión en los próximos días será máxima. Pero Mas es el President y puede jugar con el calendario.

Los dirigentes de Esquerra creen que si Mas pretende llegar a 2016, eso sería el suicidio “ya definitivo” de Convergència.

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