La última oportunidad de Duran para liderar el catalanismo

Como en 2000 cuando pudo suceder a Pujol tiene el apoyo empresarial, pero prefiere por ahora advertir más que actuar

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Josep Antoni Duran Lleida es un hombre complejo. Muchos de los dirigentes políticos que llevan años en la primera línea lo son. Siempre aparecen las contradicciones. Argumentos con los que se responsabiliza al adversario, sin asumir los errores propios. Pero Duran lleva mucho tiempo articulando un mismo discurso, no se ha despegado de su visión de Catalunya y de España, aunque sabe que se han producido muchos cambios.

En la mesa de su despacho se siguen agolpando libros que consulta, que lee, libros sobre análisis geoestratégicos, sobre cómo ha ido evolucionando el capitalismo, sobre cómo los trabajos han dejado de ser una carrera profesional, para ser un salto de un lado a otro, sin mucho sentido, –y eso en el mejor de los casos–, como analizó Richard Sennet en La corrosión del carácter.

Duran conoce ese desencanto de toda la sociedad española, y catalana en particular. Pero Duran nunca ha acabado de lanzarse, nunca ha querido liderar un proyecto político propio, pese a tener influencia, preparación y muchas lecturas, aprecio en las encuestas y apoyo empresarial. ¿Podría hacerlo ahora?

Ofertas para contar con apoyo empresarial

Este domingo, en la escuela de verano de Unió, Duran reclamó, de nuevo, que CiU reaccione, que trate de ampliar su espacio político, que busque una centralidad que para Duran existe, aunque el movimiento soberanista crea que es, precisamente, en la que está instalada la cúpula de Convergència, o Esquerra Republicana. ¿Quién se ha movido?

El líder de Unió ha tenido ofertas de la clase empresarial en numerosas ocasiones para protagonizar un proyecto político que concitara el interés de esas amplias clases medias –hoy muy castigadas y empobrecidas– , que agrupara a lo que ha sido CiU durante muchos años. Que recuperara, en definitiva, el catalanismo, que sigue vivo, aunque ahora una parte de ese catalanismo sea ya independentista.

Tuvo esa oportunidad, según diversas fuentes, antes de las elecciones de noviembre de 2012, y, de nuevo, hace unos meses, con el apoyo de empresas ligadas a la comunicación. Pero Duran, pese a sus serias advertencias a CDC, seguirá siendo uno de los dirigentes de CiU hasta las próximas elecciones al Parlament de Catalunya, según fuentes de Unió Democràtica. Porque, ¿por qué ahora Duran haría algo diferente a lo que ha hecho siempre?

Catalanismo político, siempre

Retrocedamos en el tiempo. Es el 25 de octubre de 2000. Duran, que es en ese momento conseller de Governació, pronuncia una conferencia en el paraninfo de la Universidad de Barcelona. No están las primeras espadas empresariales. Luego se conocerá que Jordi Pujol ha advertido de que no es lo más aconsejable apoyar a Duran en ese momento, donde se juega la sucesión del President al frente de CiU, y donde ya se ha apostado, –la propia familia Pujol— por Artur Mas como candidato a la Generalitat.

Pero, ¿qué dijo Duran? Defendió “un catalanismo centrado”, un catalanismo político, que diferenció del nacionalismo de Jordi Pujol. Y rechazó, con firmeza que se cuestionara “permanentemente” el marco del Estado. Lo dijo en 2000, no en 2010, tras la sentencia del Estatut. Es decir, Duran conocía ya, perfectamente, los planes de los jóvenes de CDC, como Francesc Homs, hoy conseller de Presidència de la Generalitat.

«Nuestro proyecto no es independentista»

La apuesta de Duran fue clara, en octubre de 2000, al insistir en su disposición para «trabajar y liderar» un proyecto político «en los próximos años para Catalunya». Previamente, el 7 de septiembre, Duran había expresado su deseo de suceder a Pujol al frente de CiU.

La dirección de Unió le había dado todo su apoyo. Duran era, claro, 14 años más joven. Pero no se decidió. Pensó que iba a tener todo en contra. Que Pujol todavía lo controlaba todo.

Duran era claro, como hoy, pese a ser atacado por lo contrario por la cúpula de CDC. Con Artur Mas y Miquel Roca en el auditorio, afirmaba: “No hay que cuestionar permanentemente al Estado”, porque «nuestro proyecto no puede ser un proyecto independentista».

Gobierno de concentración con ERC

Pero ahora CiU sí tiene un proyecto independentista. Y Duran sigue ahí. De secretario general de CiU, aunque aseguró hace unas semanas que dejará el cargo, o que ha iniciado un periodo de reflexión.

Ahora tiene una nueva oportunidad por delante. Tal vez no la lidere él, pero puede contribuir a que tenga éxito.
El conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, aseguró este domingo en TV3 que si el Gobierno recurre la consulta soberanista, y no se puede realizar el 9 de noviembre , “el gobierno de concentración nacional se impondrá por sí mismo”, en referencia a un Govern con la entrada de ERC.

En el mismo lugar, desde 2000

Duran podría seguir en el mismo lugar. E ir a esas elecciones anticipadas al Parlament, aunque en círculos que comparten dirigentes de Convergència, de Unió, y de Esquerra Republicana, se juega con la idea de elaborar una candidatura conjunta de notables nacionalistas, con la incorporación de socialistas soberanistas.

Todo invita a que esta vez, Duran, se atreva a liderar un proyecto propio, que podría compartir con lo que quede del PSC, y siempre apoyado por importantes empresas catalanas.

Pero, ¿lo hará? Recuerden lo que ocurrió en 2000.

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