Pablo Iglesias recupera terreno a Pedro Sánchez

El líder de Podemos aprovecha el tono bronco del líder del PSOE para exponer su proyecto de gasto social en busca de los indecisos de izquierdas

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Mientras Pablo Casado y Albert Rivera libraban un duelo feroz por el liderazgo del centro-derecha y dedicaban el resto de sus energías a despellejar a un alterado Pedro Sánchez en el plató de Atresmedia, Pablo Iglesias permanecía ajeno a la trifulca.

El equipo de comunicación de Podemos había anunciado un cambio de estrategia de Iglesias en Atresmedia después de su deslavazada intervención en el debate de TVE. Su intención era entrar al trapo y buscar el cuerpo a cuerpo, pero ante la guerra abierta de sus adversarios, cambió de táctica y optó por desenvolverse con exagerada serenidad.

En paralelo, Sánchez entraba al barro con Casado y con Rivera. Iglesias negaba con la cabeza y guardaba su turno para erigirse en campeón del sosiego y la educación. «Su técnica de interrumpir todo el rato es propia de maleducados, a la gente que le vota no le gusta que usted sea tan impertinente», le dijo a Rivera.

El mensaje de Iglesias entusiasmó a su asesora de comunicación, que aprovechó un receso del debate para decirle a su candidato: «Sigue afeando el show que están dando». Y a eso se dedicó Iglesias, que incluso se permitió censurar el tono del debate en general por «vergonzoso».

El candidato del jersei

Extrañamente, el líder de Podemos resultó más institucional vestido con jersei de lana que su socio Sánchez, vestido de traje. Tan institucional que dedicó buena parte de su estrategia a reivindicar como propias medidas del gobierno del PSOE como la subida del salario mínimo a 900 euros.

Iglesias trató, sobre todas las cosas, de no asustar a los indecisos de izquierdas. No quiso ahuyentar a nadie, aunque el grueso de sus propuestas sociales comprometen un mayor gasto público en un momento en que la deuda de España roza el 100% de su PIB.

Tampoco quiso poner en apuros a Sánchez y se conformó cuando el presidente dijo, a las primeras de cambio, que no entra en sus planes un pacto con Ciudadanos tras las elecciones de este domingo.

Podemos, que creció de golpe en 2015-16 gracias al préstamo de electores del PSOE, trató de conseguir un nuevo crédito. Quizá no tan alto como el que recibió entonces, pero sí más elevado que el que pronostican las encuestas. Y hoy está en mejores condiciones de obtenerlo que ayer.

 

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