PCR, test serológico o de antígeno: así rastrean los contagios

La decisión de realizarse un test u otro dependerá del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas clínicos

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Las visitas a familiares en riesgo, los viajes al extranjero o la vuelta al lugar de trabajo pueden requerir la realización de pruebas de detección y rastreo del coronavirus. Pero ¿cuántos tipos de prueba hay actualmente y para qué sirve cada una de ellas?

En estos momentos hay tres opciones de pruebas para detectar una posible infección de la Covid-19. Una vez se ha decidido realizar la prueba, es necesario saber cuál se adapta mejor al caso particular. Y uno de los principales factores que determinará esto es el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas clínicos.

Además, es necesario conocer que el tiempo que pasa entre el propio contagio con una persona infectada y el inicio de los síntomas se llama periodo de incubación y varia en 3 y 12 días. Durante ese tiempo, el virus se encuentra replicándose y puede no ser detectado por algunas pruebas.

Prueba PCR

El test de Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR) detecta el material genético del virus en muestras tomadas a nivel nasofaríngeo. En caso de encontrarse la presencia de ARN, se dice que es positivo y se informa al paciente. En este caso de que además haya sintomatología clínica, se puede hablar de que existe una infección activa y el paciente es capaz de contagiar a otras personas.

El tiempo idóneo para la realización de este tipo de prueba es desde unos 3 días previos al inicio de los síntomas clínicos hasta los 10-15 días después. A partir de entonces, la prueba acostumbra a ser negativa.

Existen casos excepcionales, en que “pueden quedar fragmentos del virus en las células epiteliales del tracto respiratorio durante un período más prolongado, con lo que la PCR continuaría siendo persistentemente positiva”, explica Mónica Isart, Directora Médica de Centro Médico Teknon al diario La Vanguardia. Estos casos también pueden ser contagiosos, por lo que se recomendará aislamiento hasta que la prueba de negativo.

Test serológico o de anticuerpos

Otra de las pruebas más comunes es la serológica. En vez de material genético, estas tienen la función de detectar los anticuerpos (inmunoglobulinas) generados tras pasar la enfermedad.

”Las inmunoglobulinas son proteínas que reconocen, captan y bloquean los virus para que las células del sistema inmune (linfocitos) puedan reconocerlos y eliminarlos. Se estima que más del 90% de las personas que han tenido el virus desarrollan una respuesta de anticuerpos”, explica Sandra Barbadillo, presidenta de la Comisión de Infecciones del Hospital Universitari General de Catalunya. Este tipo de pruebas —que se realizan mediante una muestra de sangre— tienen una sensibilidad del 90%.

El mejor momento para este test es tras la primera semana del desarrollo de los síntomas. Entonces ya se puede confirmar si organismo ha desarrollado respuesta inmunitaria por haber estado en contacto con el virus.

Test de antígeno

Existe un tercer tipo de test, el de detección de antígeno, que identifica los fragmentos restantes del virus y cuyo resultado se obtiene de manera casi inmediata  —parecida a un test de embarazo—. Sin embargo, su sensibilidad y especificidad es muy inferior a las PCR.

Es importante saber que el cuadro clínico de la infección puede llegar a ser muy variable. Y, por lo tanto, pueden existir pacientes asintomáticos pero con resultados de test positivos capaces de transmitir la enfermedad. 

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