Puigdemont y Torra debilitan las universidades catalanas

Las grandes universidades públicas catalanas llegan justas a fin de mes para pagar luz y agua, y demandan a Torra que "repare" el sistema de financiación

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La Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la Universitat de Barcelona (UB), la Pompeu Fabra (UPF) y la Politècnica de Catalunya (UPC) –las grandes universidades catalanas– están en situación de emergencia financiera, y todos sus responsables señalan a la inestabilidad política causada por el procés en los últimos años, durante los gobiernos autonómicos de Carles Puigdemont y Quim Torra.

El rechazo a los presupuestos de Torra para este año fue la gota que derramó el vaso, según los rectores y de la Associació Catalana d’Universitats Públiques (Acup), que integra las ocho universidades públicas catalanas, y que exige al Govern de Torra que «repare de inmediato el sistema de financiación público», un asunto que –alegan– pone a los centros educativos contra las cuerdas.

Las universidades catalanas han pasado de recibir 900 millones de euros en su conjunto en 2010, a 700 millones en 2019, según datos de la Generalitat recogidos por el diario ABC. Las fechas coinciden con el auge del independentismo a inicio de la década hasta el referéndum ilegal del 1-O y toda la inestabilidad que ello ha traído a la postre.

La Generalitat se excusa diciendo que «con presupuestos prorrogados y un control de la financiación autonómica por parte del Estado es muy difícil materializar las políticas financieras que Cataluña necesita», según respondió la Secretaría de Universidades a las alarmas de la Acup. Y admite que un primer aumento de 72 millones de euros para mejorar el sistema no puede llegar por la falta de presupuestos del Govern.

En las universidades catalanas casi no alcanza para pagar la luz y el agua

La rectora de la UAB, Margarita Arboix, relató el pasado mes de junio lo pocas veces visto: el departamento administrativo llega a fin de mes justo para pagar los gastos de luz y agua de sus instalaciones y el incremento del IPC en las nóminas de sus funcionarios. «La situación es grave y puede ser irreversible», advirtió Arboix en un intento fútil para captar la atención del Govern.

No solo es culpa del procés y de las prioridades de Torra y Puigdemont, que estos años se han ubicado lejos de la financiación universitaria. «La actual inestabilidad política, tanto en Cataluña como en Madrid, no ayuda ni facilita encontrar nuevos recursos, que, en definitiva, colaboren en una mejor financiación de nuestas comunidades», lamenta el rector de la UB, Joan Elias.

Y es que «no invertir en la universidad pone en riesgo el futuro socioeconómico, innovador y sostenible», como bien apunta Arboix. El rector de la UPF, Jaume Casals, cree que «sin duda» la situación política ha debilitado el sistema pero no fue «determinante». «La crisis económica y la falta en España de una respuesta económica razonable» son las principales causas de «la fragilidad», añadió.

«Han aplazado las posibles soluciones, cosa que hace que el sentido de urgencia de las mismas se agudice», comentó a ABC el gerente de la UPC, Xavier Massó.

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