Torra e Iceta rompen el hielo para allanar el terreno a Sánchez

Iceta plantea sin éxito a Torra el "reconocimiento del marco legal" para arrancar unas conversaciones con Sánchez que unos y otros encaran con pies de plomo

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Si algo ha quedado claro tras el primer encuentro entre el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el líder del PSC , Miquel Iceta, es que las conversaciones que aún tienen que arrancar entre Torra y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, van para largo, porque socialistas e independentistas solo avanzan con pies de plomo, y porque los propios límites que unos y otros fijan para ese diálogo son muy distintos.

La primera reunión entre Torra y Sánchez se espera que se produzca en las próximas semanas, pero en la de este viernes entre Torra e Iceta, que se ha prolongado algo más de una hora, no se ha concretado aún ni fecha ni lugar, aunque el líder socialista ha dicho preferir que sea en La Moncloa.

Cordial y poco más

Tan poco fructífera ha sido la cita que tanto el primer secretario del PSC como la portavoz del Gobierno, Elsa Artadi, se han limitado a destacar la “cordialidad” en la que se ha celebrado, y a lanzar un llamamiento compartido a rebajar la “crispación” en la que en los últimos meses se ha instalado la política catalana.

No ha habido mucho más. Iceta se ha dedicado a rebajar las expectativas sobre el papel que pueda jugar el PSC, que, si atendemos a la reunión de este viernes, o al menos a la versión que el líder de los socialistas catalanes ha dado sobre la misma, es la de suavizar el terreno de cara a la negociación Sánchez-Torra. Pero Iceta ha dejado claro que no tiene ninguna intención de ejercer de virrey del presidente del Gobierno. Y si juega algún otro papel, será entre bambalinas y sin hacer ruido.

Diálogos distintos

La extrema cautela se entiende. Al fin y al cabo, las hondas discrepancias entre unos y otros alcanzan a la definición misma de diálogo. Para los socialistas, es preciso que el Govern de Junts per Catalunya y ERC asuma “el reconocimiento y el respeto al marco legal vigente” porque es “una obligación democrática” y condición necesaria para establecer “una relación sana”.

Pero el Ejecutivo catalán insiste en no fijar “ningún límite al diálogo”. “No está en manos del Govern retirarle al pueblo el derecho de autodeterminación”, ha dicho Artadi tras la reunión.

A largo plazo

Así las cosas, no es de extrañar que las conversaciones se planteen como un proceso que será lento y largo. “Hay problemas que requieren de mucha más maduración”, ha admitido Iceta, que ha advertido que primero tendrá que haber un tiempo para retomar “el diálogo” y solo más adelante será posible abordar una “negociación” que permita alcanzar un pacto.

El largo plazo es algo que parece asumido por las dos partes, también por el Govern, después del frenazo en seco que, tras la aceleración final de la vía unilateral, ha supuesto el 155. Y más teniendo en cuenta la debilidad de los dos gobiernos, a ninguno de los cuales les viene mal ganar tiempo.

Las partes tienen un primer melón que abrir: el de la recuperación de 16 leyes sociales suspendidas por el Constitucional

De momento, y para ir haciendo boca, las partes tienen un primer melón que abrir: el de la recuperación de 16 leyes sociales suspendidas por el Constitucional a raíz de sendos recursos del gobierno de Mariano Rajoy. Es un asunto meramente secundario en la agenda independentista, pero en el que todos coinciden que sí ha de ser posible llegar a acuerdos.

Conversaciones fiscalizadas al detalle

Las conversaciones arrancan bajo dos potentes focos fiscalizadores. Por un lado, el de la CUP, guardián de la ortodoxia independentista, que piensa seguir denunciando ante el público soberanista la renuncia a la unilateralidad que, por la vía de los hechos, parece haber certificado el Govern, pese a las declaraciones en sentido contrario.

Por otro, el de Cs, ala dura del constitucionalismo, que ya advertido también de que piensa ser inflexible y no pasará ni una concesión al independentismo. Para que quede claro, su líder en Cataluña, Inés Arrimadas, ya ha dado plantón a Torra, que quería empezar por ella su ronda de contactos con todos los líderes políticos catalanes, que proseguirá el lunes.

La postura de Arrimadas proporicona a independentistas y socialistas combustible para reivindicar su propia posición

Claro que la postura de Arrimadas proporciona a independentistas y socialistas combustible para reivindicar su propia posición por contraste con la del partido naranja. «No se puede apelar al diálogo y luego no ejercerlo», ha dicho la portavoz del Govern, que cuando habla de «crispación» se refiere siempre en primer lugar a Cs.

Iceta, por su parte, ha vindicado su papel de moderado: «Es evidente que la de la neutralidad es una diferencia que se mantiene, pero al PSC no le impide atender una invitación institucional y trabajar el diálogo político», ha dicho. 

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