Torra pasa a Colau la patata caliente de la acampada independentista

Colau confía en llegar a un acuerdo con los independentistas acampados en la plaza Sant Jaume para compatibilizar la protesta y las fiestas de la Mercè

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La acampada independentista instalada en la plaza Sant Jaume de Barcelona desde el 11 de septiembre, primero de aspecto residual y que ahora ya acumula una treintena de tiendas de campaña, se ha convertido en una patata caliente para el Ayuntamiento de Barcelona. Este martes, la acampada ya comparte espacio con los preparativos del escenario que alojará las actuaciones previstas en la plaza en el marco de la Mercè, la fiesta mayor de Barcelona, que se celebra este fin de semana.

La concentración ha recibido el calor del gobierno de Quim Torra, cuyos miembros han recibido en los últimos días el apoyo en persona de varios conselllers y del propio presidente catalán. La Generalitat ya anunció el fin de semana que los Mossos no desalojarán a los allí instalados, y este miércoles la portavoz del ejecutivo Torra, Elsa Artadi, ha insistido en pasar la pelota al tejado de su vecino de enfrente, el gobierno municipal de Ada Colau.

«Es un tema de ocupación de la vía pública y por tanto es decisión de la Guardia Urbana si se se puede mantener [la protesta] o no», ha dicho Artadi, que afirma no haber hablado con el Ayuntamiento del tema. «No vamos a ser nosotros [en referencia a la Generalitat] quienes pongamos límites a las libertades de las personas». 

Colau trata de contemporizar

Así las cosas, el ejecutivo municipal de Barcelona en Comú encaja el gol como puede, y a solo falta de tres días para el inicio de los festejos, trata de contemporizar. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha salido al paso de la polémica y ha abogado por la prudencia y por lanzar un brindis al sol. «Estoy seguro de que llegaremos a un acuerdo para que la acampada pueda ser compatible con las fiestas de la Mercè».

El gobierno municipal va con pies de plomo porque no quiere ser acusado de tratar de desactivar una protesta independentista, y ya ha iniciado conversaciones con los acampados, pero no está claro en qué consistirá esa compatibilidad de la que habla. ¿Significa que, llegados los momentos de mayor afluencia de asistentes a los conciertos y demás actuaciones en la plaza, la acampada se trasladará temporalmente a otro sitio?

El número dos de Colau no lo ha aclarado. Pisarello se ha limitado a expresar su convicción de que no hay «nadie en la ciudad que no quiera que las fiestas transcurran de la mejor manera posible». 

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