El gurú de Sánchez choca con Calvo y complica la estrategia catalana

La mesa de negociación y la reunión entre Sánchez y Torra se vieron en entredicho por las desavenencias internas del PSOE, que provocaron pasos en falso

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Pedro Sánchez tenía claras sus prioridades el pasado lunes, cuando se las presentó a la ejecutiva del PSOE. Éstas pasaban por aprobar presupuestos generales del Estado y afrontar las elecciones en el País Vasco, Galicia y probablemente también en Catalunya. Posteriormente fue anunciada la cita entre Pedro Sánchez y Quim Torra, que tendría lugar en Barcelona el próximo jueves. Sin embargo, en el momento en que Quim Torra compareció en el Palau de la Generalitat para anunciar un adelanto electoral dando por finalizada la legislatura en Cataluña, los planes de Sánchez se truncaron.

Esto hizo que algunos miembros de su partido se adelantaran en sus declaraciones. Ocurrió cuando la vicepresidenta Carmen Calvo, tras mostrar su indignación con Torra, dejaba en el aire la cita entre los dos líderes políticos del Gobierno y la Generalitat. Lo comunicó antes de que Sánchez hubiera tomado una decisión firme y señaló que “de producirse el encuentro” se haría para hablar de los problemas de Cataluña en el marco de la «seguridad jurídica» del Estado español. El gurú de Sánchez, su nueva mano derecha, Iván Redondo, no tardó en reaccionar internamente.

Poco después, la Moncloa lanzó un comunicado en el que anunciaba que la reunión con el presidente de la Generalitat se mantenía —“como no podía ser de otra manera”—, corrigiendo el traspié de la presidenta que puso entre las cuerdas la reunión entre gobiernos. Sus argumentos para suspender esos planes se basaban en que, si el propio presidente de la Generalitat daba por agotada la legislatura, no tendría sentido reunirse con él o abrir ninguna mesa de negociación con un Govern de salida. Calvo publicitaba así el debate interno aún por cerrar.

La incógnita electoral en Catalunya complica los presupuestos

Sánchez requiere de un concurso de Esquerra Republicana para aprobar los Presupuestos generales del Estado, y la incógnita de las elecciones en Cataluña va a condicionar aún más su aprobación. Por ese motivo, desde el Gobierno de Sánchez se tuvo que reaccionar y revaluar toda la situación en el momento que Torra hizo el comunicado.

Ahí empezaron las discrepancias de criterio en el núcleo duro de Sánchez, donde hubo un “debate intenso” en el que se analizaron los pros y contras de cancelar la cita con Torra, y la posterior mesa de diálogo entre los gobiernos de España y Catalunya asumida en el acuerdo de investidura con Esquerra, según indica el diario La Vanguardia. Varios dirigentes del PSOE aseguran que también chocaron de nuevo las posiciones al respecto entre Carmen Calvo y el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo.

Tras anunciar que se iba a aparcar la mesa de negociación bilateral pactada con ERC hasta que, tras las elecciones, se constituya un nuevo gobierno catalán se creó otro conflicto. El Gobierno español quería apretar al Govern para que celebrara elecciones cuanto antes: “Cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo”.

Esto sorprendió al vicepresidente de la Generalitat y coordinador de ERC, Pere Aragonès, que no fue advertido pese a su comunicación con Sánchez. Tras la reacción del partido independentista, que trasladó que el plan anunciado por la Moncloa le hacía un enorme roto a ERC y le daba todos los triunfos a JxCat y a Carles Puigdemont, la Moncloa rectificó. Ésta emitió un nuevo comunicado, corrigiendo el traspié y confirmando que la mesa de negociación entre gobiernos se celebrará antes de las elecciones catalanas.

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