El PP valenciano se rebela contra Madrid

Bonig pide más autonomías, nuevas siglas y regeneración para poder sobrevivir en medio de tantos casos de corrupción

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Los presidentes del PP en Valencia, Vicente Betoret, Castellón, Javier Moliner,  Alicante, Pepe Ciscar, y la secretaria general Isabel Bonig han dejado aparte sus cuitas y se han conjurado para lanzar un órdago a Madrid pidiendo más autonomía en sus decisiones.

Aunque los tres presidentes provinciales aparecen como una piña al lado de Bonig, lo cierto es que han avalado la rebelión para garantizarse a su vez la continuación en sus respectivos territorios. Incluso han llegado a decir que si Madrid no acepta sus condiciones se van a todos a casa.

En una reunión celebrada la tarde del miércoles en Madrid con Maria Dolores de Cospedal los dirigentes del PPCV han trasladado esta propuesta que no ha recibido respuesta concreta. El nuevo partido ha sido definido como «liberal» y «democratacristiano«, esta última corriente ideológica de la secretaria general del PPCV.

Populares Valencianos

El PPCV quiere incluso pasar a llamarse Populares Valencianos (Populares Alicantinos, Populares de Castellón) seguido de las siglas PP, para diferenciarse del PPCV que en estos momento aparece totalmente destrozado por los numerosos casos de corrupción que han estallado en los últimos meses.

Ante la idea de un cambio de nombre del PP, Mónica Oltra dice «aunque la mona se vista de seda, mona se queda».

La sombra de Barberá

El último detonante en la gran crisis que vive el PP valenciano es el papel de Rita Barberá en la financiación de las campañas electorales. Aunque la propia Rita negó el martes en un comunicado oficial la existencia de irregularidades en contratos, lo cierto es que van apareciendo más detalles sobre el blanqueo de dinero  por parte de los concejales. Rita dijo en el comunicado que es solo un ataque mediático.

Nadie en el PP se atreve a pedirle a Rita que entregue el acta de senadora. Y aunque fue la persona que avaló a Isabel Bonig para la secretaria general del PPCV, ahora es la propia líder quien asume que Barberá debe desaparecer de la escena política.

El actual alcalde de Valencia, Joan Ribó, de Compromìs, dijo hoy que lo que ahora conoce que hicieron los concejales populares con el blanqueo de dinero lo sabía Rita. Y que debe asumir sus responsabilidades.

El comentario oficial de la reunión de Madrid con Cospedal no indica en absoluto si se ha hablado de la situación de Rita Barberá.  En Valencia crece la versión de que la ex alcaldesa dimitirá en breve.

No hay concejales

Bonig sí que se ha atrevido a hacer dimitir al todo poderoso presidente del PP de la Safor y ex alcalde de Gandía, Arturo Turró, que quería mantenerse en el cargo pese a las investigaciones que le persiguen.

Pero ni Bonig ni Betoret, presidente provincial del PP en Valencia, se atreven a elegir los nombres para la gestora que debe dirigir el PP local. Todos los concejales menos uno están imputados. E incluso el portavoz, Alfonso Novo, implicado en la Operación Taula, ha declarado esta mañana ante el titular del juzgado 18 de Valencia, pero ha dicho que no dimitirá.

Por eso piden autonomía total para decidir quiénes y cómo componen esta gestora. Mariano Rajoy dijo ayer que esa decisión está en manos de la dirección regional, pero la cantidad de ataduras de unos y otros impiden la toma de decisiones. Mientras tanto van saliendo más casos que implican a más políticos del PP, especialmente a Rita Barberá.
Mucho cabreo

Cuadros medios del partido explican a Economía Digital que el órdago de los dirigentes es también un modo de contentar a las bases que tienen «mucho cabreo» por lo que está ocurriendo.

Bonig incluso habla de un Congreso Regional abierto, con primarias, donde se elija una dirección nueva. Y ante el riesgo de que esas bases pidan caras nuevas (todos los presidentes actuales son jóvenes pero con muchos años de presencia política), todos han preferido iniciar esa rebelión para asegurarse el puesto.

Bonig deja a Javier Moliner como jefe absoluto en Castellón. En Valencia a Vicente Betoret, que sustituyó a Alfonso Rus, lo tiene amenazado con cambiarlo por Elena Bastida (diputada en Madrid) si no acepta el juego.

Y en Alicante hay un equilibrio de fuerzas entre Pepe Ciscar, Mercedes Alonso y Cesar Sánchez, presidente de la Diputación, que acaba de ver como C’S rompe el pacto de gobierno porque el PP colocó a dos imputados en cargos de confianza. El que se mueve de las directrices de Bonig no sale en la foto.

Madrid ya tiene bastante

Aunque el órdago a Madrid está rodeado de todas las cautelas («hay que esperar a ver cómo concluye el proceso de investidura»), los populares saben que el voto valencianista busca un nombre.

El 20 % de los votos del PPCV en las autonómicas y municipales fue a parar a Compromís solo por sus planteamientos reivindicativos frente a la conformidad de Alberto Fabra.

Los del PP quieren ahora ser más valencianistas que nadie, quizá recuperando el espacio que dejó Unión Valenciana cuando fue absorbida por el PP. Este por lo mentos ha sido siempre el discurso de Vicente Betoret, incluso cuando intervino en el mitin de la campaña del 24M junto a Mariano Rajoy.

Los populares valencianos dicen que en Madrid ven con buenos ojos hasta la convocatoria de un congreso extraordinario., pero otros dirigentes añaden que Madrid ya tiene bastante con lo suyo y no están para atender estos temas. Nadie quiere hacer caso del PPCV por el descredito que suma en la política española.

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