Fuga de jueces en Cataluña

Un total de 48 jueces y magistrados se han marchado de Cataluña en 2018, más del doble que el año pasado

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Un total de 48 jueces y magistrados se han marchado de Cataluña en lo que va de 2018, más del doble que en 2017, cuando fueron 21 los que se fueron y 30 los que llegaron, aunque, de estos, solo cuatro lo hicieron a petición propia. Este año, solo tres han solicitado destinos en territorio catalán, al que han sido destinados en total 19.

Los datos los ha facilitado este jueves en el Parlament el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, durante su comparecencia ante la comisión del Justicia del Parlament, en el marco de la cual, ERC pidió su dimisión.

Barrientos atribuyó la diáspora judicial a una diversidad de factores, pero puso énfasis en la presión a la que los magistrados están sometidos por la situación política en Cataluña. La representante de Cs, María Francisca Valle, abundó en ese punto y recordó las manifestaciones a las puertas de la sede del TSJC cuando el expresident Artur Mas acudió a declarar en relación con la consulta del 9-N.

“Niego categóricamente que los jueces sean objeto de amenazas y escraches, y no entiendo que el ejercicio de un derecho fundamental, como es el de manifestación, ante una sede judicial, pueda ser considerado una amenaza”, replicó el diputado de Junts per Catalunya (JpC) Eusebi Campdepadrós. Barrientos se limitó a añadir que a él tampoco le constan “amenazas explícitas” a jueces, pero sí hay, remató en referencia al hirviente caldo de cultivo político, “escenarios que no son propicios para que un juez actúe con la serenidad necesaria para la toma de decisiones”.

ERC pide la dimisión de Barrientos

El representante de JpC también le afeó al presidente del TSJC la premura con que a su juicio se han archivado denuncias motivadas por la actuación policial durante el 1-O, y la “resistencia” de los jueces a practicar diligencias de prueba y a imputar a mandos policiales por esos mismos hechos. «Reconozco su derecho a criticar decisiones judiciales, pero yo no puedo entrar a valorar las diligencias referidas al 1-O, lo entenderá porque en su intervención ha hecho referencia a la independencia judicial», zanjó Barrientos.

El presidente del TSJC evitó incluso entrar al choque con el representante de ERC, Marc Sanglàs, que fue el más duro con él y le pidió la dimisión. En primer lugar, por la falta de referencias, en su intervención y en la memoria anual, tanto a “la represión” con la que a su juicio el estado reaccionó al 1-O y a las consecuencias judiciales del procés, que han comportado la apertura de causas judiciales contra un millar de personas —la mayoría, alcaldes que colaboraron en la organización del referéndum—.

Pero el reproche de ERC abarcó también la respuesta a los atentados del 17-A, tras los cuales, a juicio de los de Oriol Junqueras, el TSJC no estuvo a la altura de la respuesta ciudadana y del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Barrientos negó que hubiera falta de coordinación con el govern y, sobre la falta de referencias al 1-O, recordó que acudía al Parlament a presentar una memoria judicial, «no política ni policial».

 

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